Trabajadores de la salud, como también líderes electos continuan protestando en contra del cierre inminente del SUNY Downstate Medical Center en East Flatbush, Brooklyn.
Están preocupados, se dice, por el impacto que el cierre podría tener sobre las embarazadas en el centro de ese condado, especialmente afroamericanas y de otras minorías étnicas.
El Estado de NY dice que muchos de los servicios para pacientes hospitalizados en SUNY Downstate se trasladarán al otro lado de la calle al Hospital Kings County, que es público y administrado por la ciudad.
“Va a estar bien difícil porque sería que ya tenemos muchos pacientes aquí”, dijo Ariana Díaz, empleada del Kings County Hospital.
El hospital de SUNY cuenta con 342 camas certificadas y ve nacer a unos 730 bebés al año.
El Kings County, por su parte, tiene 639 camas y unos 1,282 nacimientos al año. Eso significa que el hospital puede ver un aumento de más del 50% en los nacimientos cuando cierre SUNY Downstate.
Pacientes y trabajadores del sector expresaron su preocupación.
“Yo creo que no está bien. Porque si es la necesidad de la gente y lo cierran… Imagínese… va a haber un caos, la gente va a venir a amontonarse ahí”, dijo Jaime Pérez, paciente del Kings County.
“Tenemos que mantener este hospital abierto. Si lo cierran, va afectar mucho a la comunidad, ni sabía que lo pensaban cerrar”, dijo Denise, paciente del Suny Downstate Hospital.
Por su parte, un profesor reiteró la importancia de la escuela de medicina dentro del centro médico.
“Es una situación muy triste que afectará negativamente los servicios aquí en el centro de Brooklyn. Y el hospital es realmente necesario para enseñar en la escuela de medicina que es la única de Brooklyn”, dio Montgomery Douglas, profesor of Family and Community Medicine, Universidad de Ciencias de la Salud SUNY.
Senadores como Zellnor Myrie, argumentan que el Centro de Brooklyn tiene menos atención médica que las áreas en donde vive una población predominantemente blanca y más próspera. Por lo que considera el cierre del hospital como una bofetada en la cara a las comunidades de color que habitan en esta zona de la ciudad.
“Gran parte del trabajo académico se relaciona a estudiar estos casos, pues East Flatbush es el centro de la mortalidad materna negra a nivel nacional”, agrego el profesor Douglas.
Según estadísticas de la ciudad, en 2020 hubo 51 muertes asociadas al embarazo. Veintitrés de ellas eran mujeres negras y 14 de esas muertes ocurrieron en Brooklyn. Otro factor es que uno de cada seis residentes de East Flatbush vive por debajo del nivel federal de pobreza.
Una fecha para el cierre esperado aún no ha sido anunciado por el estado.
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