Organizaciones pro-vivienda e inquilinos desesperados tras tres años de batalla legal contra la propietaria de un edificio en Concourse Village llegaron a la corte suprema de El Bronx para exigir que el tribunal la declare en desacato a las órdenes de un juez.
“No tenemos cámaras, no tenemos intercomunicador. Se meten desconocidos y uno no sabe de dónde vienen”, dijo Jesús Ortega, residente del inmueble en el 1210 de Clay Avenue.
“La mamá de mis hijos también tiene problemas por la razón del fuego que hubo y por la mala reparación, que todavía se siente el humo. Y ya tenemos cinco años y cuatro meses ahí. Y no, ella (la dueña) no hace nada, no hace nada. Ahora no estamos pagando renta por la razón de que ella no ha reparado nada”, agregó Ortega.
El problema no sólo es la falta de seguridad para los 11 apartamentos. Las reparaciones ordenadas por la corte incluyen la contratación de un exterminador para resolver infestaciones de ratas y cucarachas, plomería defectuosa, moho tóxico y frecuentes cortes de electricidad.
Los inquilinos también alegan acoso por parte de la dueña Hee Yang, incluido el ingreso a apartamentos sin previo aviso o permiso y menosprecio público a los inquilinos.
“Le hacen un llamado, no hace caso. Ella dice que ha hecho algo, en cambio no ha hecho nada. Las ventanas no están seguras. El baño está horrible, tiene moho. Ella lo sabe, le hicieron un estudio. No ha hecho nada. Estamos esperando porque estamos desprotegidos”, dijo Fiordaliza Lora, otra inquilina.
Yang aceptó verbalmente un acuerdo para hacer reparaciones dos veces, sólo para dar marcha atrás y negarse a firmar los documentos del acuerdo.
Según el portal OpenIgloo, el edificio construido en 1929 ha acumulado 25 quejas en los últimos 3 años, 26 infracciones por condiciones peligrosas y 12 inmediatamente peligrosas, como barandales inestables.
-¿Y la ventana rota de Fiordaliza Lora en pleno invierno?
“Ella le puso un pedazo de madera. Eso lo hubiese hecho un niño y eso no es reparación porque de todos modos no abre y no cierra”, dijo Lora.
El siguiente paso en la lucha de estos inquilinos es solicitar a la ciudad que se designe a un administrador que tenga la potestad de hacer las reparaciones en su edificio.