El Gobierno de Guinea Ecuatorial pende de un hilo. Un escándalo por el hallazgo de más 400 vídeos de contenido sexual ha llevado al Ejecutivo a la instalación de cámaras de vigilancia en oficinas gubernamentales, , la última de una serie de medidas adoptadas por el equipo del presidente Teodoro Obiang, en el poder desde 1979.
La polémica estalló el pasado 30 de octubre, cuando empezaron a circular por redes sociales algunos vídeos con contenido explícito en los que aparecía Baltasar Ebang Engonga, conocido como El Bello y director de la Agencia Nacional de Investigación Financiera del país. Según ha adelantado el vicepresidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Nguema Obiang Mangue, Engonga ya ha sido suspendido y está siendo investigado.
Los investigadores públicos estaban buscando en el ordenador de Engonga en el curso de una investigación sobre presunta corrupción y malversación de fondos públicos cuando encontraron hasta 400 videos sexuales de él y esposas de autoridades civiles y militares y mujeres célebres manteniendo sexo sin protección, según informaron los medios locales.
Las escenas se grababan en el despacho del funcionario, en baños públicos, en habitaciones de hoteles de Guinea Ecuatorial y, a veces, en hoteles de fuera del país. Engonga fue cesado el pasado 25 de octubre y se encuentra en prisión preventiva por estos delitos. Aunque ahora tendrá que responder por los vídeos.
Delito contra la salud pública
A raíz de este escándalo, Mangue ha anunciado que las oficinas gubernamentales pronto contarán con cámaras de vigilancia “para erradicar conductas indebidas e ilícitas” y que “cualquiera que sea sorprendido teniendo cualquier tipo de actividad sexual en una oficina será despedido”. En este sentido, Nguema Obiang, hijo del presidente del país, Teodoro Obiang Nguema, ha anunciado directamente que se prohíbe el sexo en dependencias gubernamentales.
“Se trata de mujeres casadas participando y grabándose en actos que están denigrando su reputación y dignidad. En nuestra posición de Gobierno, no podemos seguir viendo cómo se desmoronan las familias sin tomar ninguna disposición”, ha añadido el vicepresidente en sus redes sociales.
Además, según ha adelantado el fiscal general, Anatolio Nzang Nguema, ahora se investiga “si el hombre utilizó deliberadamente estas relaciones para propagar una posible enfermedad entre la población”, por lo que podría ser acusado también de un delito contra la salud pública. Tampoco está claro si las actividades sexuales con las mujeres fueron con consentimiento o si alguna de ellas habían presentado denuncias formales contra él.