Raúl Germán Bautista.- El profesor de historia Donald Prudlo, en una entrevista concedida a Vatican News, analizó los paralelismos entre los contextos sociales del pontificado del papa León XIII (1878–1903) y el actual pontífice, León XIV, destacando cómo ambos enfrentan épocas de profunda transformación y desafíos para la dignidad humana.
Durante su intervención, Prudlo recordó que León XIII fue el primer papa del siglo XX y el autor de la encíclica Rerum Novarum (1891), considerada el documento fundacional de la doctrina social de la Iglesia. Este texto abordó por primera vez los derechos laborales, la justicia social y la dignidad del trabajo, en medio de la agitación provocada por la Revolución Industrial.
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En esa línea, León XIV ha explicado que eligió su nombre en homenaje a León XIII, reconociendo la relevancia de su legado social. Según Prudlo, “el actual pontífice sabe que, como su predecesor, vive en un tiempo de inmenso cambio social que pone a prueba no solo a la Iglesia y su doctrina, sino también la misma dignidad humana”.
El historiador subraya que León XIII enfrentó fenómenos como la urbanización masiva, la migración del campo a las ciudades, las malas condiciones laborales y la aparición de ideologías revolucionarias. “Los trabajadores no podían formar sindicatos, sufrían abusos y eran tentados por el socialismo y el capitalismo sin restricciones”, explicó.
En contraste, León XIV percibe un nuevo punto de inflexión social, marcado por la automatización, la robótica y la inteligencia artificial. “Hoy se cuestiona no solo el trabajo manual, sino también el intelectual: programadores, docentes, oficinistas. El Papa desea liderar una respuesta ética y social ante esta transición”, afirmó Prudlo.
A su juicio, León XIV busca anticiparse a una crisis que podría alterar el equilibrio laboral y humano, y aspira a que la Iglesia vuelva a ser guía en esta transformación, como lo fue en siglos pasados.
“La Iglesia ha estado presente en todas las transiciones históricas durante más de 2000 años. Tiene una respuesta mesurada, verdadera y orientada a la justicia, capaz de proteger la dignidad humana y el valor del trabajo”, concluyó Prudlo.