La princesa Diana habría comprendido a Meghan Markle, pero como aristócrata se habría horrorizado por una gran diferencia

0
370

La semana pasada se cumplieron 28 años de la trágica muerte de la princesa Diana a los 36 años, y uno no puede evitar preguntarse qué habría pensado la Princesa del Pueblo de su nuera, la duquesa de Sussex. Aunque para algunos Diana es un ángel eterno frente al diablo encarnado de Meghan Markle, existen paralelos entre ambas. A diferencia de la sensata y maleable princesa Kate, Diana y Meghan fueron problemáticas para los cortesanos reales, el poder oculto detrás de la institución. Como una divorciada estadounidense de mentalidad fuerte y ex actriz, Meghan los hizo desconfiar, al igual que Diana cuando encontró su voz y reconoció mejor su valor. Impulsada por la adoración global, la fallecida princesa, por supuesto, no era ajena a agitar las cosas. Modernizó la monarquía y se enfrentó a ella. Llevó a sus hijos a McDonald’s y parques temáticos, y a visitar a personas sin hogar, una muestra de las realidades de la vida más allá de los muros dorados del palacio. Sus manos sin guantes estrecharon las de pacientes de SIDA en la década de 1980, un movimiento considerado innovador según los estándares del protocolo real. Probablemente habría sido comprensiva cuando Meghan y Harry airearon su ropa sucia. Mucho antes de que Harry y un escritor escribieran ‘Spare’ y los Sussex compartieran ‘su verdad’ con Oprah, Diana lo dejó todo claro. Autorizó la explosiva biografía de 1992 ‘Diana: Su verdadera historia’ y reveló todo en su infame entrevista de la BBC de 1995 con Martin Bashir, en la que culpó firmemente a Carlos y su infidelidad con Camila por el fin de su matrimonio. Pero Diana no habría abrazado todas las decisiones tomadas por su hijo menor y su esposa. Su farsa piadosa y de víctima permanente en California la habría decepcionado, por no hablar de las riñas mezquinas y celos que crearon una gran brecha entre Harry y William. Qué triste sería para ella ver a su segundo hijo de temperamento caliente enclaustrado en Montecito, consumido por amargas batallas legales y acuerdos con Netflix en declive, abandonando la vida y los deberes para ser un acompañante de las ambiciones de Meghan. Nacida en la aristocracia británica, Lady Di sin duda se habría estremecido ante el bullicio comercial de baja categoría y las hazañas cada vez más sinceras que han definido su vida posreal, desde promocionar mermelada de 14 dólares hasta el video de twerking en la sala de partos de la pareja y las travesuras de ‘ShopMyPage’ de Meghan. Crucialmente, con Diana, un sentido del deber y la lealtad corría profundamente. Tenía un respeto por la etiqueta real, la jerarquía y la difunta reina Isabel que contrasta marcadamente con la infame recreación burlesca de Meghan de su primera reverencia a la reina. Y estaba comprometida con el trabajo diario. Como royal trabajadora, iluminó alfombras rojas, eclipsando a estrellas de Hollywood en sus propios estrenos. Deslumbraba igual de brillante al visitar un club local de bolos o una fábrica de cerámica. Por el contrario, las partes más silenciosas y menos glamurosas del trabajo nunca parecieron interesar mucho a Meghan y Harry. Hasta la fecha, han visitado el condado de Sussex que les dio su título solo una vez juntos. Parece que Meghan pensó que la vida real sería un atajo hacia la misma celebridad global adorada, título y reverencia que su suegra, pero en sus términos con incluso más dinero y menos del trabajo real del día a día. Como el Megxit, el divorcio de Diana la dejó en territorio desconocido, una posición cuasi real con un nuevo conjunto de reglas a negociar. Ya no era miembro de pleno derecho de la firma y despojada de su título de Alteza Real, sin embargo, seguía siendo una princesa para el mundo observador y tenía un propósito persiguiendo trabajo significativo, como su campaña contra las minas terrestres en Angola. Mientras tanto, aunque Meghan inicialmente se vendió como humanitaria, su legado duradero bien podría ser mermelada líquida y sprinkles de flores. Y, a pesar de todo su trabajo con la Fundación de los Juegos Invictus, a Harry quizás se le recuerde mejor como un nombre conveniente para animar la segunda temporada recién lanzada de ‘With Love, Meghan’.

**REDACCIÓN FV MEDIOS**

Te podría interesar: