Agencias.- La activista peruana Ana Estrada Ugarte, quien sufría una enfermedad degenerativa e incurable que la mantenía postrada en cama, accedió el domingo a la eutanasia tras años de batallas legales.
«Ana murió en sus propios términos, conforme a su idea de dignidad y en pleno control de su autonomía hasta el final», se informó en el texto. «El caso de Ana permitió que la Justicia peruana reconociera por primera vez en su historia que todos tenemos derecho a morir con dignidad», añadió.
La primera sentencia a favor de Estrada, de 47 años, fue en febrero de 2021, cuando el Décimo Primer Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima reconoció su derecho a una muerte digna, además de ordenar la elaboración de un protocolo institucional que le permitiera ejercer sus derechos en condiciones seguras.
Una decisión judicial que fue ratificada por la Corte Suprema el 14 y el 27 de julio de 2022. Sin embargo, en febrero del año siguiente una jueza se negó y decidió no acatar la orden, alegando que va en contra de sus preceptos morales y se «abstuvo por decoro», por lo cual se retrasó un año.
«La lucha de Ana por su derecho a una muerte digna ha permitido visibilizar y sensibilizar a miles de peruanos y peruanas sobre la importancia de defender este derecho. Su lucha ha trascendido las fronteras en nuestro país y ha marcado un hito en la región», agregó el comunicado.