Puerto Príncipe, EFE.- Tras varios meses de ocupación por parte de las bandas armadas y una vez recuperado por las fuerzas de seguridad, el primer ministro de Haití, Garry Conille, visitó este martes el Hospital de la Universidad del Estado de Haití (HUEH) y prometió reconstruir las instalaciones para atender a la población más vulnerable.
Acompañado por el director general de la Policía Nacional, Normil Rameau, el Ministro de Salud, Georges Brignol Fils, y el consejero presidencial Louis Gerald Gilles, Conille destacó la importancia de recuperar el control del centro sanitario.
“A este hospital acuden las personas vulnerables para recibir atención sanitaria. Nos pertenece. Es importante que lo recuperemos”, declaró ante la prensa presente para la ocasión.
El jefe del Gobierno expresó su indignación por los actos de vandalismo cometidos por bandas armadas en el hospital, que había sido saqueado.
“Esto no es una zona de guerra ni de conflicto. No es una zona de confrontación, sino una zona a la que acuden enfermos para recibir tratamiento. Las personas que ya se encuentran en una situación vulnerable no se merecen esto”, señaló el primer ministro.
Las bandas utilizaron las instalaciones del centro sanitario como escondite para enfrentarse a las unidades policiales durante varios meses en un entorno completamente vacío en pleno centro de la capital.
“No aceptamos que la gente no pueda venir aquí a recibir tratamiento. Vamos a reconstruir el hospital. Vamos a recuperar los barrios”, sentenció.
“Vamos a empezar a limpiar los alrededores. El pueblo haitiano no perderá la batalla”, dijo Conille, comprometiéndose a dar a la Policía todo el apoyo posible para actuar contra las bandas y pidiendo paciencia a la ciudadanía.
La acción de las bandas armadas ha afectado profundamente a la atención sanitaria en Haití debido a los saqueos e incendios provocados en hospitales, farmacias y contenedores con medicamentos e insumos, así como a un limitado funcionamiento de laboratorios de producción de medicamentos, a lo que se ha sumado el éxodo masivo de profesionales de la salud y secuestro de personal médico.
Algunos pacientes incluso prefieren abandonar las instalaciones hospitalarias en las que deberían recibir tratamiento, como es el caso de Pierre Richard Darabie, que tras ser diagnosticado de tuberculosis decidió regresar a uno de los campamentos más poblados de la capital, el Teatro Rex, donde falleció este lunes.