El té rojo es una variedad de la planta de té, de donde surgen los tés verde, blanco y negro, la diferencia radica en que hay un proceso de fermentación que le suman propiedades a sus compuestos naturales, ayudando a la relajación y a prevenir la ansiedad entre otras cosas.
Como el té verde, el té rojo, también conocido como Pu’er o Pu-erh en rico en compuestos bioquímicos que tienen efectos positivos en la salud.
Para el proceso para lograr el té rojo consiste en fermentarlo con la bacteria Streptomyces cinereus cepa Y11, durante período de 6 a 12 meses, lo que contribuye al aumento de los principios bioactivos, como los flavonoides y aumentan las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Por ser rico en polifenoles, al té rojo se le atribuyen propiedades para reducir los niveles de cortisol en la sangre, conocida como la hormona del estrés.
Al reducir los efectos del cortisol ayuda a la relajación y a reducir los niveles de ansiedad.
También es fuente de antioxidantes a través de flavonoides que contribuyen fortalecer las células que intervienen en el sistema inmunitario.
El té rojo contiene compuestos bioactivos que le dan propiedades antioxidantes, antimutagénicas, antimicrobianas, laxantes y neuroprotectoras, según un estudio del National Center for Biotechnology Information (NCBI)
Y son estos compuestos lo que ayudan a controlar y prevenir la hipercolesterolemia, la hiperglucemia, la obesidad, la diabetes, la osteoporosis y la enfermedad de Alzheimer, entre otros.
¿Cómo preparar el té rojo?
Preparar el té rojo es muy sencillo y es similar a la de otras infusiones o tés, solo deber contar con una 1 cucharada de té rojo y 250 ml de agua o el equivalente a una taza.
Lo primero que debes hacer es colocar en agua en una olla, llevar al fuego y cuando esté en ebullición, retirar del fuero y agregar el té. Se deja reposar por 10 minutos, se cuela y está listo para disfrutar, frío caliente.
No se recomienda el consumo de té rojo a las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Consultar el médico en caso de estar en tratamiento con anticoagulantes, vasoconstrictores y antihipertensivos.
Sigue leyendo:
