Por Carlos Arturo Guisarre. Los precios de los bienes y servicios de salud, desde la atención médica, hasta los medicamentos detallados en las farmacias, pasando por los estudios y hemogramas, han aumentado de manera consistente desde 2020, hasta el cierre del 31 de mayo de 2024.
Esta realidad se puede verificar en todos los informes del índice de precios al consumidor (IPC) que el Banco Central de la República Dominicana ha publicado desde 2020 al 2024, correspondientes al cierre del 31 de mayo de cada uno de esos años. El IPC no es más que un nombre elegante para la inflación.
La manera en la que la inflación golpea con fuerza en la salud dominicana se visualiza con creces el 31 de mayo de 2024, ya que a ese punto el aumento generalizado de precios de bienes y servicios médicos se elevó un 5.40% en inflación anualizada, cuando la inflación anualizada en general fue de 3.20%.
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Al cierre de mayo de 2023, los precios en salud subieron un 5.02%, cuando la inflación anualizada de ese reporte bancentraliano fue de 4.43%. Mientras, en mayo 2022 (+5.01%) y mayo 2021 (+5.01%) el incremento de precios en el sector médico siguió una fuerte trayectoria hacia arriba, desafiando en todos los casos la meta de 4% +/-1% (entre 3 y 5%) que el Banco Central de la República Dominicana se ha fijado para la inflación.
Todo empezó en 2020. La pandemia del covid-19 presionó hasta el cuasi-colapso todos los servicios de salud, con largas filas en las farmacias, largas listas de espera en las emergencias, largas jornadas de espera en los consultorios y una crónica indisponibilidad de camas en centros públicos y privados. Vale decir que este comportamiento del sector médico fue global, porque muy pocos países contaban con una red salud a la altura de esas circunstancias.
Justo mayo 2020 marca el punto de inflexión en términos de la estructura de precios del sector salud, porque la inflación focalizada fue de 1.94% al alza, en un reporte que ubicaba el IPC generalizado y anualizado de -1.25%.
Y la tendencia solo tiene visos de fortalecerse. De acuerdo con datos extraídos del Centro Nacional de Población y Vivienda 2022, en 2002, la proporción de personas mayores de 65 años en República Dominicana era 5.6%. Es decir, si en ese año la población era de 8,562,541 personas, y 479,502 de ellos tenían más de 65 años.
Sin embargo, el 9.3% de la población contada en 2022 por el X Censo Nacional de Población Vivienda tenía más de 65 años de edad, es decir, de los 10,773,983 de habitantes en territorio dominicano, 1,001,980 tenían ya más de 65 años, y al parecer la población envjeciente sigue aumentando en absoluto y en proporción.
En ese sentido, el aumento de la población de tercera edad presiona al alza la demanda de medicamentos, por lo que la variación de precios de los fármacos perderá progresivamente su elasticidad. Igualmente, este cambio de la población puede ser una buena noticia para el sector salud, así como para los servicios alusivos al ciudado de envejecientes, puesto la tendencia demográfica señala un aumento de sus potenciales clientes.
Pese a que los dominicanos deben soportar estas alzas de precios, el Estado gasta entre 10 y 15 mil millones de pesos DOP en servicios de salud para los haitianos, informó el director del Servicio Nacional de Salud (SNS), Mario Lama.