El Gobierno de Portugal exige la devolución de 348.563,70 euros a una falsa profesora de Matemáticas que dio clase sin título durante décadas, en un caso que está en manos de los tribunales. El caso se destapó gracias a tres denuncias anónimas presentadas ante la Inspección General de Educación y Ciencia (IGEC), que generaron dudas sobre los supuestos títulos de la falsa docente, informó este jueves a Efe una fuente del Ministerio de Educación luso.
La farsante se presentaba como licenciada en Matemáticas por la facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa y decía que tenía una maestría de la Universidad de Madeira en enseñanza de esa asignatura. Según la cadena de televisión CNN Portugal, la mujer estuvo dando clase durante treinta años en una escuela de la Margem Sul (en la periferia de Lisboa) y que llegó a escribir manuales de Matemáticas que, subrayó, todavía se usan en varias escuelas por los alumnos de 11 y 12 años.
Como consecuencia de las denuncias, la IGEC inició una investigación en abril de 2022 y halló “indicios contundentes” de una “infracción”, por lo que comenzó un proceso disciplinario contra la trabajadora y en paralelo interpuso una denuncia penal ante la Fiscalía, indicó la fuente del Ministerio. Según las autoridades, “se demostró la existencia de infracción disciplinaria por parte de la trabajadora y su obligación de devolver al Estado la cantidad de 348.563,70 euros que obtuvo de forma ilegítima, pero se propuso la sanción de despido”.
Acto seguido, el Ministerio despidió a la docente en septiembre de 2023, pero ella solicitó medidas cautelares al Tribunal Administrativo y Fiscal de Almada (en el extrarradio de Lisboa), que le dio la razón en parte, ya que no se opuso a su destitución pero sí al pago de esa cantidad por considerarla “infundada”. Por ello, la cartera de Educación decidió recurrir para exigir la devolución de ese monto tanto por la vía penal como por procedimiento administrativo.
La fuente del Ministerio explicó que la profesora permaneció en la misma escuela durante años, por lo que “estuvo menos expuesta a mecanismos de análisis y verificación de documentos”. Y admitió que este caso muestra “la fragilidad” del sistema de información del Ministerio de Educación, especialmente en lo que respecta al estado de los registros biográficos de los maestros. En ese sentido, subrayó que la digitalización de esos datos y su comprobación están en marcha como parte del proceso de recuperación de los tiempos de servicio de los profesores y esperó que se complete pronto