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Es común que muchas personas mantengan un vaso de agua en su
mesita de noche para saciar la sed a media noche. Sin embargo, esta
práctica podría no ser la más saludable. Aunque pueda parecer
inofensivo, dejar un vaso de agua al lado de la cama durante la
noche puede tener consecuencias inesperadas.
El
agua estancada: un caldo de cultivo para las bacterias
Al dejar un vaso de agua al descubierto durante varias horas, el
agua se vuelve estancada, proporcionando un ambiente ideal para el
crecimiento de las bacterias. Especialmente si la habitación está
caliente, las bacterias pueden proliferar rápidamente.
Además, nuestra boca también contiene bacterias, que pueden
terminar en el vaso después de cada sorbo. Y no olvidemos que
insectos o polvo también pueden depositarse en la superficie del
agua. En resumen, podrías estar intercambiando tu vaso de agua por
un coctel de microbios.
El agua se vuelve más
ácida
Otro factor a considerar es que el pH del agua disminuye cuando
se expone al aire libre, lo que la vuelve más ácida. Esto puede
cambiar el sabor del agua, lo que seguramente has notado si has
dejado un vaso de agua fuera durante la noche.
El riesgo de derrames
Además de los problemas de salud, también hay un riesgo práctico
al dejar un vaso de agua en la mesita de noche: el riesgo de
derramarlo. Esto puede ser especialmente problemático si tienes
dispositivos electrónicos cerca, como tu teléfono móvil, ordenador
o despertador.
¿Cuál es la
solución?
La solución es sencilla: en lugar de un vaso, utiliza un
recipiente cerrado, como una botella de agua o una cantimplora. Y
asegúrate de cambiar el agua todos los días.
Aunque pueda parecer una costumbre inofensiva, dejar un vaso de
agua al lado de la cama durante la noche puede tener consecuencias
inesperadas. Así que, la próxima vez que sientas la necesidad de
tener agua a mano durante la noche, opta por una botella de agua
cerrada y no olvides cambiar el agua todos los días.
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