¿Por qué madrugar mejora la salud?

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Levantarse con las primeras luces del día es una tendencia que ha ido ganando cada vez más adeptos en los últimos años. Conocidos como «madrugadores», estas personas se esfuerzan por iniciar su jornada mucho antes que el resto, dedicando ese tiempo extra a actividades que les aportan bienestar y satisfacción personal. Pero, ¿realmente es tan beneficioso para la salud este hábito madrugador? ¿Quiénes son los que más se benefician de él?

¿Qué es un «madrugador»?

El término «madrugador» hace referencia a aquellas personas que han adoptado la costumbre de levantarse mucho antes de lo habitual, a menudo una o dos horas más temprano. Esta tendencia, que se originó en Estados Unidos, ha sido popularizada por obras como «La Mañana Milagrosa» de Hal Elrod, donde se presenta una metodología de desarrollo personal que ayuda a las personas a sentirse más realizadas y satisfechas.

Los madrugadores utilizan ese tiempo extra de la mañana para dedicarse a actividades que les aportan bienestar, como el ejercicio físico, la meditación, la lectura o la escritura. La idea es aprovechar la tranquilidad y la luz natural de las primeras horas del día para centrarse en sí mismos y en su crecimiento personal, algo que a menudo resulta complicado durante el ajetreado transcurso de la jornada.

Esta filosofía guarda ciertos paralelismos con el movimiento «Slow Life», que también aboga por ralentizar el ritmo de vida, disfrutar del presente y estimular la creatividad. Ambas corrientes comparten la premisa de que un estilo de vida más pausado y consciente puede tener un impacto positivo en nuestra salud física y mental.

Conocerse a uno mismo es la clave para un buen despertar

Antes de embarcarse en la aventura de convertirse en un madrugador, es fundamental conocer nuestro propio ritmo biológico. Cada persona tiene un «cronotipo» o «cronobiología» particular, es decir, una tendencia innata a ser más activa en determinadas horas del día.

Además, factores como tu ocupación, tus responsabilidades familiares o incluso tu estado de salud pueden condicionar tus posibilidades de convertirte en un madrugador. Por ejemplo, los trabajadores nocturnos difícilmente podrán aprovechar los beneficios de levantarse temprano, ya que necesitarán recuperar horas de sueño.

Del mismo modo, quienes sufren de insomnio, ansiedad, depresión u otras afecciones que afectan al sueño, pueden verse obligados a madrugar sin disfrutar realmente de esas horas extras. Por lo tanto, es importante ser realista con nuestras capacidades y limitaciones a la hora de adoptar este hábito.

Foto Freepik

Los sorprendentes beneficios de madrugar

Numerosos estudios han analizado los efectos que tiene la costumbre de levantarse temprano sobre la salud física y mental de las personas. Algunos de los principales beneficios que aporta despertar con el alba son:

Más tiempo para uno mismo

Las primeras horas de la mañana suelen ser las más tranquilas y libres de distracciones. Por esa razón, los madrugadores pueden aprovechar ese espacio de soledad para relajarse, meditar, leer o simplemente disfrutar de un desayuno en calma.

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Mayor productividad

Al empezar el día más temprano, las personas suelen sentirse más despiertas, concentradas y con más energía. Esto les permite ser más eficientes a la hora de realizar tareas y cumplir con sus objetivos diarios.

Mejor salud física y mental

Diversos estudios demuestran que los madrugadores presentan menores niveles de estrés y ansiedad, así como una menor incidencia de problemas de salud mental como la depresión. Además, el hecho de exponerse a la luz natural en las primeras horas del día estimula la liberación de endorfinas y dopamina, sustancias que favorecen el bienestar.

Más tiempo para desayunar

Empezar el día con un buen desayuno, rico en nutrientes, es fundamental para mantener los niveles de energía y concentración a lo largo de la jornada. Madrugar permite dedicar el tiempo necesario a esta comida tan importante.

Mayor exposición a la luz natural

La luz natural del amanecer tiene un efecto positivo sobre los ritmos circadianos y la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Esto contribuye a mejorar la calidad del descanso nocturno.

Menos estrés

Al tener más tiempo para prepararse y organizar la jornada, los madrugadores suelen experimentar menos ansiedad y estrés que quienes se levantan a última hora.

Finalmente, la evidencia científica demuestra que despertar temprano es un hábito que aporta numerosos beneficios a nuestra salud integral. Sin embargo, para poder disfrutar de estas ventajas, es fundamental adaptar este cambio de rutina a nuestras necesidades y posibilidades individuales.

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Veronica Pereira
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