Hay algo que Fernando Alonso ha demostrado con el paso de los años: no solo tiene ojo para adelantar donde nadie más ve hueco, también lo tiene para detectar talento. Gabriel Bortoleto es la prueba viviente.
El brasileño, que llegó a la Fórmula 1 este año bajo el paraguas de A14 Management, la agencia del propio Alonso, está completando una temporada de debut que ha sorprendido a medio paddock… y que ha confirmado lo que su mentor llevaba tiempo advirtiendo: que detrás de esa sonrisa tímida hay madera de campeón.
Desde Sauber, un equipo que arrancó el año penúltimo y que poco a poco ha arañado terreno hacia la zona media, Bortoleto ha firmado un curso de notable alto. Suma 19 puntos, un puñado de actuaciones brillantes los sábados y, sobre todo, una madurez impropia de un ‘rookie’. En clasificación, por ejemplo, ha superado once veces a Nico Hulkenberg, un veterano con más de 200 Grandes Premios a sus espaldas, y solo ha cedido en diez. En carrera, la balanza cae ligeramente del lado del alemán, pero el mérito del brasileño es innegable: enfrentarse de tú a tú con uno de los pilotos más infravalorados del último lustro y salir vivo de la comparación no está al alcance de cualquiera.
Alonso lo sabe bien. Él mismo lo ha dicho en más de una ocasión: Hülkenberg “es de los mejores de la parrilla”, y medir fuerzas con él es un reto de nivel mundial. Por eso, cuando se le preguntó por su “pupilo”, el asturiano no dudó en sacar pecho.
“Creo que su primera temporada ha sido excepcionalmente buena para él. Siendo su primer año en Fórmula 1, muchas cosas cambiaron. La preparación que haces para cada fin de semana puede ser diferente. No necesitas trabajar con 8 o 10 personas, necesitas trabajar con 100 personas en pista y en otras cosas. Así que nunca es un paso fácil. Pero creo que lo hizo realmente bien”, explicó Alonso.
“Se ha establecido como un activo importante para cualquier equipo”
Foto de: Andy Hone/ LAT Images via Getty Images
El bicampeón del mundo destacó también que Bortoleto ha impresionado no solo a su equipo, sino al paddock en general, algo que no todos los novatos pueden decir tras su primera campaña.
“Impresionó no solo al equipo, sino también al paddock en general, lo cual obviamente en una temporada de novato es muy importante porque te estableces como un activo importante para cualquier equipo”, añadió.
El contexto no es menor: en 2026 llega un nuevo reglamento técnico y, como recordó Alonso, la evolución de los pilotos estará muy ligada al rendimiento de sus equipos. Pero en el caso de Bortoleto, el asturiano cree que el futuro ya no depende tanto de demostrar, sino de esperar la oportunidad adecuada.
“Para todos los novatos, es una situación especial cambiar las regulaciones el próximo año. Estarán en manos de su equipo. Si el equipo rinde bien, pueden seguir creciendo y consolidando su nombre. Y si el equipo no rinde, pueden desaparecer de cierta manera. Pero creo que lo diferente con Gabriel es que, gracias a esta temporada, no necesita demostrar nada en un segundo o tercer año a alto nivel.
Todos saben que cuando el coche sea bueno, él es un piloto de primer nivel”.
Palabras mayores. Alonso no reparte elogios con facilidad, y menos cuando se trata de pilotos jóvenes. Pero en este caso hay una mezcla de orgullo y convicción: Bortoleto no es solo su “protegido” dentro del proyecto A14, sino también su primera gran apuesta convertida en realidad.
El brasileño, campeón de la Fórmula 3 y la Fórmula 2 en su año de debut —una rareza que solo han logrado talentos como Leclerc, Russell o Piastri—, ha dado el salto al Gran Circo cumpliendo las expectativas y, en algunos aspectos, superándolas.
Su paso por Brasil fue un recordatorio de que sigue siendo humano: dos accidentes bajo la presión de correr en casa. Pero si algo ha dejado claro su primer año en la élite, es que el chico tiene lo que hay que tener.
Y cuando Fernando Alonso lo dice, es mejor tomar nota.
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