Por la restauración del Programa de Descarbonización Equitativa (EBD) #FVDigital

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Esta semana, una coalición de organizaciones comunitarias y grupos por la justicia social, enfocados en el medio ambiente, envió una carta abierta al gobernador de California Gavin Newsom. En la misma, en términos firmes le instaban defender la partida de 992 millones de dólares del programa de descarbonización de la Comisión de Energía, una suma que meses atrás y en su afán de reducir el déficit, el ejecutivo californiano estaba retirando del nuevo presupuesto. 

El grupo también propuso agregar otros 400 millones de dólares al programa a través de la emisión de bonos para inversiones climáticas. Esta emisión, si califica para ello, debe ser aprobada por los votantes en las elecciones nacionales de noviembre. 

La situación en California

Cuando parecía que el estado se encaminaba con pasos agigantados a un futuro libre de los estragos climáticos, sufrió el golpe en forma de esa reducción presupuestaria. 

Para comprender cómo llegamos a esta situación, es necesario entrar en detalle en la explicación de la lucha de California contra las peores consecuencias del cambio climático. 

“Hace dos años, el estado de California se comprometió a desarrollar un paquete climático y energético que incluía soluciones integrales para descarbonizar hogares y edificios y ampliar el acceso a la refrigeración doméstica eficiente. Esta inversión histórica significó una declaración audaz en apoyo del avance de la justicia ambiental, económica y racial en California”.

Así comienza la carta abierta de una coalición de 36 organizaciones de protección al medio ambiente en California le acaba de enviar al gobernador Gavin Newsom. 

La carta es una manifestación de preocupación y un llamado de alerta para que las promesas hechas públicamente a la población en nombre del estado se cumplan. 

El 22 de julio de 2022, Newsom anunciaba que para 2030 – en tan solo ocho años – se cumplirían una serie de objetivos ambiciosos en el mejoramiento del medio ambiente. Entre ellos, tres millones de hogares estarían equipados para hacerle frente a las inclemencias del cambio climático con bombas de calor – en inglés heat pumps

Las bombas de calor

Tomando en cuenta el calentamiento global, las condiciones climáticas peculiares de California y el cuadro socioeconómico en el que la cuarta parte de la población no tiene acceso al enfriamiento ambiental – unos 3,183,000 hogares, el grupo de activistas apuesta por invertir en bombas de calor (heat pumps).

Las bombas de calor constituyen un método eficiente para regular la temperatura del hogar. Especialmente porque ofrecen opciones tanto de calefacción como de refrigeración. 

Básicamente, “toman la energía de un ambiente y lo transfieren a otro”. Como los basados en aire acondicionado, su precio fluctúa entre $600 y $4000 y más, dependiendo de su potencia. 

Estos artefactos constituyen una solución ideal al problema del calor extremo: 2023 fue el año más caluroso registrado en la historia. El cambio climático seguirá generando olas de calor extremadamente peligrosas. 

El documento oficial del gobernador explicaba de esta manera el propósito del plan: “Edificios limpios y saludables: crear un objetivo de tres millones de hogares preparados acorde con el clima para 2030 y siete millones para 2035, complementados con seis millones de bombas de calor para 2030, y dirigir el 50 por ciento de las inversiones a comunidades desfavorecidas y de bajos ingresos”.

Para mostrar el progreso del plan, se usaría un panel digital climático. 

El plan de Newsom era ambicioso; detalló su compromiso en una carta enviada al presidente de la Junta de Recursos del Aire de California (CARB), la agencia del gobierno de California que tiene como objetivo reducir la contaminación del aire.

Para lograr su objetivo, California necesitaría instalar 4,5 millones de bombas de calor, o alrededor de 750.000 bombas de calor cada año hasta 2030. Y el estado debería habilitar más de medio millón de hogares preparados para el clima cada año para llegar a la meta de siete millones en 2035.

Sin embargo, dos años después, el plan todavía está lejos de implementarse exitosamente. Hasta la fecha, hay sólo 1,5 millones de bombas de calor instaladas en unos 800.000 hogares.

La capacidad de instalación en todo el estado es de menos de 200.000 bombas de calor al año. Este ritmo es insuficiente e inadecuado. 

Pero esto no es todo.

Descarbonización Equitativa de Edificios

Una de las secciones más ambiciosas y justas de este plan estratégico dispuesto por Newsom es el programa de Descarbonización Equitativa de Edificios, en inglés Equitable Building Decarbonization Program o EBDP, dependiente de la Comisión de Energía de California.

Su propósito es, tal como lo dice su nombre, garantizar que los hogares de menores ingresos, que es donde se concentra la carencia de aire acondicionado, sean favorecidos con las bombas de calor de cero emisiones, bajando los costos iniciales de instalación.

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Incluye “el Programa de Instalación Directa”, que “proporciona modernizaciones de descarbonización a hogares de ingresos bajos y moderados”, y el “Programa de Incentivos Estatales, que estimula una mayor adopción de tecnologías bajas en carbono”.

Es, en pocas palabras, una parte importante de la respuesta de California a las olas de calor que golpearon al estado y al país todo en los últimos años. 

El año más caluroso

En efecto, en enero de este año la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio o NASA,   (en inglés National Aeronautics and Space Administration) confirmó que a nivel global, 2023 fue el año más caluroso del que se tiene datos. Como se sabe, esta ola de calor causó daños materiales y pérdida de numerosas vidas humanas: 

Un informe publicado el 5 de marzo del Departamento federal de Salud Pública (HHS) enfatiza la urgencia de la implementación de las bombas de calor en los hogares latinos y el resto de la población: el 25% de las muertes ocurrieron en interiores, por carencia de aire acondicionado u otro sistema para enfriar de manera similar el aire. 

En agosto del año pasado, el matutino Los Angeles Times ponía el número de muertes en 2022 en 1670.

Para que realmente avance en la solución del problema – que a su vez empeora cada año – el gobierno debe considerar como prioridad reducir la vulnerabilidad de las comunidades de bajos ingresos – donde abundan los latinos, afroamericanos y en general, inmigrantes. 

Esta población no puede pagar por el alto costo de instalar aire acondicionado y las facturas de energía más altas que se generan por su funcionamiento.

De aquí la necesidad, nuevamente, de un suministro rápido y eficiente de bombas de calor, que con su bajo costo de energía  pueden enfriar rápidamente el aire. Es un paso importante en el suministro de recursos a la población para hacer posible la transición al nuevo clima. 

Anuncian recortes

Pese a la necesidad, la urgencia y el hecho que de por sí el presupuesto no alcanzaba para cumplir con las metas declaradas, el programa está en peligro existencial. 

En enero, el Gobernador anunció recortes a los programas climáticos y de energía limpia en el presupuesto estatal. Al Programa de Descarbonización de Edificios Equitativos le redujeron 283 millones de dólares de un total de 922 millones, tal como informaba el Sacramento Bee el 10 de enero.

Una semana después, este columnista alertaba en La Opinión contra el recorte de 2,900 millones de dólares dedicados a confrontar el cambio climático en todos los frentes en el nuevo presupuesto. 

Entonces, este es el trasfondo que explica la carta que citaba al comienzo. Es la reacción de esta coalición de 36 y más organizaciones ambientales y de justicia climática de toda California que solicita que el estado vuelva a comprometer los $922 millones inicialmente acordados para el Programa de Descarbonización Equitativa de Edificios. 

Es lo mínimo que debería hacer el gobierno estatal, porque incluso si no se recortase nada de esos 922 millones más el financiamiento federal, todavía van a faltar cuatro  millones de bombas de calor en los hogares californianos. 

Es lo mínimo

Con razón señalaba a fines de diciembre pasado Merriam Borgeson, encargada de políticas climáticas en el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales o NRDC (Natural Resources Defense Council): “Descarbonizar nuestros edificios es esencial para lograr los objetivos de reducción de la contaminación y el clima de California”.

Termina la carta de las organizaciones: “Debemos continuar invirtiendo y protegiendo los fondos estatales y federales para programas que hagan que las soluciones climáticas sean accesibles a las comunidades vulnerables y desarrollen una fuerza laboral de energía limpia que apoye la transición. Al apoyar a quienes tienen menos recursos y mayores barreras para acceder a tecnologías de energía limpia, podemos brindarles la oportunidad de liderar la lucha por un futuro sin emisiones”.

Los activistas también cursaron esta semana una misiva similar a los líderes de la Legislatura californiana de ambos partidos políticos, que finaliza así: “Al apoyar a aquellos con los menos recursos y las más altas barreras para acceder a las tecnologías de energía limpia, podemos brindarles la oportunidad de liderar la lucha por un futuro de cero emisiones”.

Ahora falta que el gobierno lo secunde. 

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Recordemos que el recorte presupuestario a un plan tan importante para nuestra comunidad es una expresión de las prioridades de este gobierno más allá de sus declaraciones. Si esas declaraciones no están avaladas en el presupuesto, prácticamente no son válidas. 

En suma, el gobernador Newsom debería luchar para devolver esos centenares de millones de dólares en el presupuesto estatal del programa. De esa manera nos demostrará que cuando presentó sus objetivos climáticos y de equidad en California hablaba en serio.



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