Puerto Príncipe.- Tres meses después de que comenzara su despliegue en Haití, la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS) sigue sin dar los resultados esperados: no hay avances importantes, continúa reinando la violencia y el 80 % de la capital permanece en manos de las bandas armadas.
«¿Están los kenianos en Haití? Nunca los hemos visto, nadie los ha visto. No pasan por la zona», comentan vecinos y comerciantes de Marchand Salomon, en pleno centro de la capital.
Si las cosas han mejorado, afirman, «es por voluntad de los bandidos que han decidido dejarnos funcionar como es debido. Los bandidos utilizan la zona como zona de paso» y añaden: «Si los kenianos hubieran venido a salvarnos, ya estaríamos todos muertos. No son los kenianos quienes impiden que las bandas nos maten. Si quisieran, lo harían».
Magros resultados
Algunas patrullas en ciertas calles, algunas operaciones conjuntas con la Policía Nacional haitiana en Centre-ville en Puerto Príncipe o en las comunas de Delmas y Ganthier, enfrentamientos con bandas armadas que se saldan con muertos. Este es hasta ahora el balance de la misión multinacional.
Al visitar Haití el sábado pasado, el presidente keniano, William Ruto, alabó los méritos de la fuerza, dijo que había visto muchos progresos en el país caribeño y aseguró que estaban disminuyendo las dudas, las críticas y el pesimismo ante el hecho de que Kenia lidere una misión que cuenta con el visto bueno de la ONU.
Según Ruto, hay mucha más seguridad en el aeropuerto, el Palacio Nacional, el Hospital Universitario Estatal, la Academia de Policía y los puertos y ahora se trabaja para reabrir las carreteras («el trabajo es difícil, pero somos capaces de hacerlo»), pero se necesitan más recursos y equipos: «Las tropas que tenemos en Haití no son suficientes».
Sobre el terreno se ve una falta clamorosa de logística, de equipamiento, de personal. La fuerza debería contar con 2.500 agentes, pero hay poco más de 420 (400 kenianos, 20 soldados y 4 policías jamaicanos y dos militares de Belice). Una veintena de países se han comprometido a mandar efectivos y Ruto anunció que, entre octubre y noviembre, otros 600 efectivos de Kenia estarán en Haití.
Esos días William O’Neill, experto independiente sobre la situación de los derechos humanos en Haití, declaró: «el equipamiento recibido es inadecuado y los recursos insuficientes (…) Me entristece decir que todos los indicadores siguen siendo extremadamente preocupantes. El primero, y más preocupante, la inseguridad».
El constante deterioro de la seguridad
Sólo el 28 % de los servicios sanitarios funciona con normalidad en Haití, casi 5 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda, hay al menos 700.000 desplazados (más de la mitad niños) y la seguridad no mejora.
Lo reconoce el primer ministro haitiano, Garry Conille: «En los 100 días de este gobierno, todavía no hemos visto resultados importantes (…) Sobre todo en materia de seguridad, pero ya hemos sentado las bases. Nos hemos tomado el tiempo de diseñar la estrategia nacional de seguridad con la Policía, el Ejército, los consejos municipales de seguridad y la población».
Ante ello, el experto William O’Neill considera «crucial sofocar a las bandas dotando a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad de los medios necesarios para ser eficaz en el apoyo a las operaciones de la Policía Nacional de Haití y aplicando las demás medidas previstas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en particular el régimen de sanciones y el embargo de armas selectivo».
Conille, por su parte, asegura que su Gobierno no se echará atrás: «No tengo ninguna duda de que juntos seremos capaces de restablecer la seguridad. Ayudaremos a los desplazados a regresar a sus hogares. Reactivaremos nuestra economía. Haremos los cambios necesarios en nuestra Constitución. Y, por último, celebraremos elecciones el año que viene y habrá un nuevo gobierno el 7 de febrero de 2026″.