Población a espera de que reforma fiscal no sea letal para pobres y clase media, mientras economistas piden optimismo

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Esta semana el gobierno del presidente Luis Abinader presentó un proyecto llamado Ley de Modernización Fiscal, conocido como reforma fiscal, iniciativa que ha caldeado los ánimos en distintos sectores de la sociedad, buscando un aumento en la recaudación tributaria, pero sin golpear la evasión como se esperaba.

El proyecto, de acuerdo al ministro de Hacienda, Jochi Vicente, busca recaudar más de 122 mil millones de pesos para ser destinados al aumento de la inversión social, la inversión en el sector salud, el impulso del Sistema Integrado de Transporte, entre otros.

En el programa N Investiga economistas dieron sus pareceres sobre esta reforma fiscal, mientras representantes de los comerciantes, del sector turismo, de la industria del cine, y productores de bebidas alcohólicas manifestaron como este proyecto los va a impactar.

A juicio del economista Jaime Aristy Escuder, en el país sí se necesita una reforma tributaria por el hecho de que existe un déficit de alrededor del 3% del Producto Interno Bruto (PIB), en más de 20 años.

Mientras que el también economistas Henry Hebrard dijo que entiende que hay un costo político en realizar la reforma fiscal, pero hay que ponerlo en una balanza y contabilizar el costo que supondría no impulsar las reformas.

A fin de recaudar el dinero necesario para obras, el Gobierno plantea una serie de medidas como el aumento de impuestos y la reducción de la carga tributaria para las micro, pequeñas y medianas empresas, empezando por la eliminación de anticipos.

Por su parte, Iván García, presidente de la Federación Dominicana de Comerciantes, dijo que ese sector se siente satisfecho con la reforma fiscal, especialmente en el anticipo, el cual ahora se pagará no en base a las ventas del año anterior, sino a las ventas del año actual.

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Lo que era denominado ITBIS, impuesto a las transacciones de bienes industrializados y servicios, ahora pasará a llamarse IVA o “Impuesto al Valor Agregado”, al igual que en otros países de América Latina y Europa,  lo que ayudaría a la comprensión y colaboración internacional.

La propuesta también plantea una única tasa del 18 %, lo que indica que los ocho productos que ahora cotizan con un 16 % (azúcar, café, chocolate, yogurt, quesos, mantequilla y aceites) ahora pagarán un 18 %.

Solo se mantendrán exentos 7 alimentos básicos: pan, pollo, arroz, leche, huevo, plátano y yuca, pero economistas consultados coinciden en que debe sumarse otro producto.

Tanto Aristy Escuder como Henry Hebrard coincidieron en que la habichuela es uno de los productos que debieron gravarse en esta reforma y no se hizo.

Solo toca esperar que esta Reforma Fiscal, que para muchos es un trago amargo pero necesario, no se convierta en una Reforma letal para los más pobres y la clase media.

Los gravámenes a bebidas azucaradas también serán aumentados dependiendo del grado de azúcar añadida, lo que se espera también impacte sobre la salud de la población.

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Así lo confirman 75 países, donde se ha implementado la medida como México, Reino Unido, Sudáfrica, Bahamas y Barbados, donde se ha registrado una baja de las enfermedades crónicas.



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