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Altagracia Salazar
Carlos Amarante Baret ha vuelto a rogar por un junte público del liderazgo de la oposición y eso señores, que ya fue demandado en las municipales se hace cada vez más imposible.
El discurso de que habrá una segunda vuelta no es más que un mareo en una lucha encarnizada por el liderazgo de la oposición. No hay manera de que la alianza Rescate RD prospere cuando Leonel Fernández y Danilo Medina buscan lo mismo.
Las elecciones municipales del pasado febrero fueron un golpe de bolsón para el ex presidente Leonel Fernández y su Fuerza del pueblo que nunca se vieron relegados al cuarto lugar que obtuvieron y que ahora deben remontar porque el título de líder de la oposición que usan en sus notas de prensa es muy importante.
Obsesionado por la candidatura presidencial Fernández prestó poca importancia y poco apoyo a sus candidatos municipales y apenas tiene 4 municipios quedando por debajo del Partido Reformista. El PLD duplicó la votación de la FP.
La actitud de Fernández se extendió a las candidaturas congresuales donde su partido lidera la alianza en 17 provincias. Pero no hay alianzas para diputados y cada cual tendrá que rascarse con sus uñas. Con una estructura de liderazgo local construida en los últimos 50 años a la FP le dará mucha brega superar el PLD.
Los senadores aguacates convirtieron a la FP en segunda fuerza en el senado pero ahora no hay aguacates.
Danilo Medina que no es candidato está luchando por la franquicia pero Fernández puso en riesgo su faja y la de su hijo y heredero. Quizás la candidatura de Omar Fernández sea evaluada como un acto de soberbia o como un sacrificio. Omar Fernández puso haber repetido sin problema como diputado porque así lo decidió su padre pero la candidatura a senador es otra historia.
Es posible que padre e hijo se queden sin pito y sin flauta.
Ese escenario es el que hace casi imposible el junte opositor. Aunque la presión como en febrero es muy intensa.