La artista plástica Raquel Paiewonsky presentó su exposición individual “Amor, amor: Pulsaciones de la tierra, la casa y la piel”, que aborda temas que convergen entre sí, en una intersección entre arte, humanidad y naturaleza.
“Esta muestra nos sumerge en un universo donde el arte se fusiona con la vida misma y se presenta como una experiencia sensorial que celebra la conexión entre arte, el espacio íntimo y naturaleza, a la vez que provee un mapa de lo que ha sido el proceso creativo de la artista”, explicó la curadora y crítica a la exposición, Rossina Cazali.
Manifestó que: “El título incluye la palabra amor como un reto a pensar el territorio de los afectos más allá de sus complejidades históricas, sus confusas interpretaciones y vivencias.
Asimismo, agregó: “En esta óptica, nos interesa proponer la intersección entre amor y pulsiones de la naturaleza, como una teoría y una práctica significativa, trascendente y urgente. Creemos que abrazar una nueva forma de amor -como acción, como compromiso ético- es lo único que nos queda para resistir ante el amenazante mundo de hoy: con sus inminentes sexismos, racismos, desigualdades y ecocidios”.