Redacción.- El líder de la megaiglesia Gateway Church de Texas, que es conocida por ser una de las congregaciones evangélicas más grandes en los Estados Unidos, admitió el jueves 2 de octubre en un tribunal del distrito de Osage en Oklahoma que abusó sexualmente de una menor a inicios de los años 80.
Según reportó NBC News, Robert Morris, de 64 años, se declaró culpable de cinco cargos graves relacionados con conductas indecentes hacia una niña, ante la jueza Cindy Pickerill, la víctima y sus familiares.
La fiscalía mencionó que, tras un acuerdo alcanzado, Morris recibió una condena de diez años, pero solo pasará seis meses en prisión. Además, tendrá que registrarse como agresor sexual y pagar 250. 000 dólares en compensación. De acuerdo con NBC News, este desenlace marca un punto muy bajo en la vida de Morris, quien fundó Gateway Church en Southlake, Texas, en el 2000.
Bajo su dirección, la iglesia creció hasta congregar a decenas de miles de personas cada semana y transmitía sus sermones a nivel internacional. Su figura alcanzó notoriedad nacional como consejero espiritual del presidente Donald Trump y autor de libros de éxito en el ámbito evangélico.
La acusación de Cindy Clemishire
La caída pública de Morris comenzó en junio de 2024, cuando Cindy Clemishire, la mujer que reveló haber sido abusada por él a los 12 años, hizo su denuncia pública.
Según su relato a NBC News, los abusos comenzaron en la Navidad de 1982, en la casa familiar en Oklahoma donde Morris, que en ese momento era un joven evangelista de poco más de veinte años, solía quedarse.
Clemishire recordó: “me pidió que me acostara, me tocó los senos y metió la mano debajo de mi ropa interior. Me dijo: ‘nunca le cuentes esto a nadie, lo arruinarás todo’”. Estas acciones se repitieron a lo largo de los años siguientes, afirmó la víctima.
La sobreviviente mantuvo el secreto hasta 1987, momento en el que informó a sus padres y a los líderes de su iglesia local. La respuesta institucional consistió en someter a Morris a un proceso llamado “restauración” antes de devolverlo al ministerio, sin que se contactara a la policía, según contó Clemishire a NBC News.
Décadas después, al ver el ascenso público del pastor, solicitó una compensación económica a Gateway Church para cubrir sus gastos médicos por el trauma. La negociación no tuvo éxito: en 2007, el abogado de Morris culpó a Clemishire en una carta revisada por los medios, mientras se le ofrecían 25. 000 dólares a cambio de un acuerdo de confidencialidad, propuesta que fue rechazada.
El caso dio un giro importante cuando Clemishire decidió compartir su experiencia públicamente en 2024, impulsada por la recomendación de una persona cercana y el trabajo del blog The Wartburg Watch, que se dedica a exponer abusos en comunidades religiosas. Poco después, la Fiscalía General de Oklahoma reabrió la investigación.
En marzo de 2025, un jurado determinó procesar a Morris por cinco delitos de agresión sexual a menor, apoyándose en una cláusula legal que interrumpe la prescripción penal cuando el acusado cambia de estado de residencia.
Durante la sesión del jueves, Clemishire se dirigió directamente a su atacante. “Quiero ser clara: una niña de 12 años no puede dar su consentimiento. Nunca tuvimos una ‘relación inapropiada’. Yo era menor de edad. Lo que hiciste fue un crimen”, dijo la víctima en corte, mientras Morris mantenía la vista en la mesa.
Comentó que el abuso afectó todos los aspectos de su vida, causando problemas en su familia y en sus relaciones futuras. “Espero que algún día pueda entender cuánto daño me hiciste”, expresó.
La decisión de Gateway Church
La iglesia Gateway Church apartó a Morris tras enterarse de la acusación y, más tarde, destituyó a cuatro ancianos por no haber tomado medidas al tener conocimiento previo de los hechos, según lo indicado por una investigación independiente que fue reportada por NBC News. A la par, Morris llevó a cabo acciones legales buscando una compensación millonaria por alegadas irregularidades en su salida, un proceso que sigue en curso.
Según explica NBC News, el impacto del caso ha tenido repercusiones a nivel nacional, dentro y fuera de la comunidad religiosa, poniendo a Oklahoma como ejemplo en la lucha por la judicialización de delitos sexuales cometidos hace décadas, lo que se ha convertido en uno de los argumentos clave de organizaciones de supervivientes que abogan por eliminar los plazos legales para perseguir a los agresores de menores.
La revelación motivó a otras víctimas, algunas de las cuales dijeron haber encontrado valor en compartir sus propias historias después de oír el testimonio de Clemishire. “Hoy inicia una nueva etapa para mí y para quienes me apoyaron durante este momento”, concluyó Clemishire durante la audiencia. “Robert, quiero que realmente me veas: ya no soy la niña silenciada a la que abusaste”, afirmó Clemishire.


