Con un contenido de calorías muy bajo y una amplia variedad de nutrientes beneficiosos para la salud, la remolacha es una hortaliza muy poco consumida, por la cantidad de propiedades que posee.
Su contenido calórico cada 100 gramos es bajísimo, y además aporta importantes cantidades de fibra, y micronutrientes como potasio, magnesio, ácido fólico y vitamina C.
Y si bien muchas personas prefieren no consumirla porque adjudican su sabor dulce a que tiene altas cantidades de azúcar, lo cierto es que la cantidad de azúcar que contiene la remolacha es baja, y el dulzor proviene de un endulzante natural llamado sorbitol, que aporta la mitad de las calorías que los demás carbohidratos.
Pese a que la mayoría de personas consumen la remolacha cocida, los expertos coinciden en que la mejor forma de aprovechar todas las propiedades que ofrece este vegetal es comerlo crudo; y una de las mejores formas de hacerlo es preparar un jugo.
La remolacha es una raíz vegetal que aporta muchísimos beneficios a su salud en el momento de consumirla, y al hacerlo a partir de su jugo podrán aprovecharse todas propiedades, que no son pocas.
A saber: estimula el apetito y facilita la digestión de los alimentos, está repleta de antioxidantes, por lo que es excelente para combatir el envejecimiento de las células y prevenir algunos tipos de cáncer, ayuda a mantener estable la presión arterial, ayuda a reforzar el sistema inmunitario y favorece la eliminación de toxinas y la depuración del organismo.
Un estudio publicado por el Journal of Kermanshah University of Medical Sciences concluye que consumir un vaso de jugo de remolacha diario, durante una semana, contribuye a reducir la anemia aumentando la hemoglobina, los hematocritos y los eritrocitos por el aporte de hierro y ferritina (de allí el color de este vegetal). Por esta razón se lo recomiendan a las embarazadas bajo control médico.
Para obtener todos sus beneficios y mejorar el bienestar general, la recomendación es incorporar como hábito la ingesta de este jugo, y beberlo todos los días, a la mañana o a media tarde, como merienda.
Si se bebe por la noche, actúa en la aceleración de las funciones metabólicas y contribuye con un plan para bajar de peso, siempre en el marco de un estilo de vida saludable, con una rutina de actividad física y alimentación adecuada.
Además, debido a su efecto saciante por su alta composición fibrosa, el jugo de remolacha reduce el hambre y facilita la ingesta de porciones de menor tamaño. Por esa razón se lo recomienda antes de la cena o del almuerzo.
Ahora bien, es importante señalar que se pueden consumir alrededor de 250 mililitros de jugo de remolacha diariamente, siendo clave tener en cuenta que las personas con piedras de oxalato de calcio en los riñones deben evitar su consumo excesivo, así como las diabéticas, ya que es de moderado índice glucémico.
Lo primero que debe hacer para elaborar este jugo, es preparar las remolachas, limpiándolas y cortándolas de forma adecuada. Para eso, hay que quitarle las hojas que tenga y retirarle la punta de la raíz con la ayuda de un cuchillo. Seguidamente, hay que lavarlas bien para dejarlas libres de cualquier resto de suciedad, y retirar la piel con un cuchillo o un pelador.
Otra opción es dejar la piel de la remolacha y no quitarla, pero en este caso el jugo final tendrá un sabor más amargo. Por último, cortar la remolacha en cubos.
Verter los trozos de remolacha en el vaso de la licuadora y añadir una taza de agua fría. Exprimir el jugo de un limón, y colarlo para que no queden restos de pulpa al beber el jugo de remolacha.
Añadir el jugo de limón exprimido a la licuadora junto a la remolacha y procesar a potencia media todos los ingredientes para que se integren y queden completamente triturados. En el caso de que el jugo de remolacha haya quedado demasiado espeso, añadir un poco más de agua. Agregar azúcar o edulcorante a gusto, aunque también puede añadirse algún tipo de endulzante como la miel para que tenga un sabor más agradable.
Puede prepararse el jugo de remolacha únicamente a base de esta hortaliza, o también añadirle a la preparación otras frutas y verduras como la manzana o la zanahoria para obtener un licuado mucho más nutritivo y vitamínico.