La tensión en Haití volvió a escalar este lunes tras un nuevo pronunciamiento del líder de la coalición de pandillas G9, Jimmy Cherizier, conocido como “Barbecue”, quien instó a la población a no salir de sus hogares. Su advertencia, lanzada en medio de un clima de creciente violencia, funciona en la práctica como un toque de queda impuesto no por el Estado, sino por grupos armados que han extendido su dominio sobre gran parte de Puerto Príncipe.


Un mensaje que evidencia el control territorial
Medios dominicanos destacaron en sus titulares que Cherizier dirigió un mensaje directo a los ciudadanos, alertándoles que permanecer en sus casas es la única forma de evitar quedar atrapados en el avance de las bandas. La declaración refleja un escenario en el que las pandillas —según estimaciones, dueñas de más del 90% del territorio de la capital— actúan como fuerza dominante en ausencia de un Estado operativo.
La crisis ha dejado miles de víctimas mortales, heridos y más de un millón de desplazados en los últimos meses, configurando uno de los momentos más críticos de la historia reciente del país.
Un pulso abierto con EE.UU. y la comunidad internacional
El llamado de las pandillas se produce en un contexto donde sus acciones han sido interpretadas como un desafío directo a la comunidad internacional y, en particular, a Estados Unidos, impulsor de una misión multinacional de seguridad encabezada por Kenia. La capacidad de los grupos armados para paralizar infraestructuras, bloquear vías y continuar con secuestros y asesinatos cuestiona la efectividad de cualquier intervención externa si no se concreta con urgencia.
Comerciantes tanto haitianos como dominicanos han advertido que el país vecino está al borde de un colapso total, mientras la violencia se expande sin control.
Repercusiones en la República Dominicana
Ante el deterioro acelerado del panorama haitiano, la República Dominicana ha reforzado su seguridad fronteriza y mantiene operativas sus medidas migratorias. El gobierno dominicano, que ya ha calificado a las pandillas haitianas como organizaciones terroristas, continúa vigilando de cerca la situación para evitar que la inestabilidad traspase la frontera.
La advertencia de “Barbecue”, lejos de verse como un simple mensaje interno, se suma a un escenario que anticipa días de máxima tensión. Entre el dominio de las pandillas y la incertidumbre internacional, la población haitiana permanece atrapada en una crisis sin precedentes y sin señales claras de alivio inmediato.


