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Mientras las palabras de Donald Trump sobre el control de Groenlandia, Panamá y Canadá continúan elevándose, la comunidad internacional ha respondido de manera unánime: no apoyarán ninguna política expansionista del nuevo presidente estadounidense. El magnate, que tomará posesión el próximo 20 de enero, aseguró este martes que no descarta recurrir a medidas de presión militar o económica para poder controlar el canal de Panamá o el archipiélago de Groenlandia, un territorio ártico dependiente de Dinamarca.
Las declaraciones de Trump no son nuevas. De hecho ya en el pasado varios presientes estadunidenses habían planteado el interés de adquirir Gronenlandia. El actual presidente electo ya insistió en ello en su primer mandato y llegó a pedir la compra de la isla públicamente. En esta ocasión ha aumentado sus amenazas ante la negativa danesa, añadiendo también su intención de adquirir el canal de Panamá para controlar el transito por el continente y afirmar que Canadá debería ser un estado más de EEUU.
Por parte de Panamá, el ministro de Exteriores del país centroamericano, Javier Martínez-Acha, fue claro este martes al asegurar que “no es negociable” y que el canal es una “conquista irreversible”. “Reitero lo que ya ha dicho el presidente José Raúl Mulino: la soberanía de nuestro canal no es negociable y es parte de nuestra historia de lucha y una conquista irreversible”, dijo Martínez-Acha, que pese a la polémica insistió en que “cuando el presidente electo asuma el cargo la relación de los Estados Unidos y Panamá se manejará por los canales formales, habituales y correspondientes”.
En cuanto al Gobierno danés, la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, respondió a Trump este martes asegurando que esa tierra pertenese a los groenlandeses. “Mi punto de partida y el punto de partida del Gobierno son muy claros: que el futuro de Groenlandia se decide en Groenlandia”, dijo Frederiksen. La líder danesa afirmó que ya en 2019 había calificado de “debate absurdo” la idea lanzada por Trump y que si “en algún momento” los habitantes del territorio toman una decisión de una naturaleza u otra, el Gobierno danés se posicionará al respecto. Aunque en 2008 los groenlandeses votaron en un referéndum a favor de una mayor autonomía, la independencia completa es uno de los temas de campaña de las elecciones legislativas del próximo mes de abril, por lo que no es descartable que Trump insista durante estos meses sobre su idea de adquirir la isla.
A las críticas contra Trump por el caso de Groenlandia se ha unido Francia. El ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, ha reclamado a la Comisión Europea que actúe “con la máxima firmeza” contra las “injerencias” extranjeras. “En ningún caso la UE permitirá que otra nación del mundo, sea cual sea, ataque sus fronteras soberanas”. Barrot cree que es momento de “despertarse” en la UE, para frenar las “injerencias o amenazas de injerencia”. “Si la Comisión Europea no sabe cómo protegernos, debe devolver a los Estados miembro, a Francia, la capacidad de protegerse”, ha dicho.
Por otro lado, los comentarios de Trump sobre Canadá tampoco han caído bien en el país vecino, que está en medio de una crisis política tras el reciente anuncio de dimisión de su primer ministro, Justin Trudeau. Pese a ello, el todavía mandatario hasta que se decida sus sustituto, declaró este martes que “jamás, pero jamás” Canadá formará parte de Estados Unidos. “Los trabajadores y las comunidades en los dos países se benefician de que seamos el uno para el otro el mayor socio comercial y en materia de seguridad”, añadió el líder canadiense. Trump ser había referido en ocasiones a Trudeau como el “gobernador” del estado 51 de Estados Unidos.
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