Además, reconoció haberse sentido “muy triste, sola e incomprendida”. “Sentí que realmente lo había arruinado, que toda mi vida era un montón de errores”, agregó.
Durante el Festival de Cine de Zúrich, donde fue reconocida con el Premio Golden Eye, Pamela Anderson reveló que había estado lidiando con depresión durante casi dos décadas.
“Miro hacia atrás y siento como si hubiera pasado de Baywatch a Broadway. No sé qué pasó en el medio. Es todo un gran borrón”, sostuvo la artista.
La ex estrella de televisión reconoció que su imagen pública, vinculada a Playboy y sus matrimonios con estrellas de rock, había sido en parte una construcción en la que ella misma participó.
“La gente tiene esta imagen neumática de mí desde Playboy hasta Baywatch, mis matrimonios con estrellas de rock y todo lo demás. Pero también jugué con la imagen que se creó a mi alrededor. Me alegro de haber hecho todo eso, pero estoy realmente feliz de estar donde estoy ahora”, afirmó.
En una reciente entrevista con Glamour, Anderson compartió que se siente mejor que nunca: “Me siento más cómoda en mi piel ahora que probablemente en los últimos 30 años”.
La actriz también ha adoptado un enfoque más natural hacia la belleza, apareciendo sin maquillaje en la portada digital de la revista durante la Semana de la Moda de París en septiembre de 2023.
Pamela Anderson está experimentando un renacimiento profesional con su participación en The Last Showgirl, dirigida por Gia Coppola, que se presentó en el Festival de Cine de San Sebastián.
En el filme interpreta a una bailarina veterana que enfrenta el final abrupto de su espectáculo en Las Vegas tras 30 años de carrera.
“He dudado de mí muchas veces y los demás también”, confesó durante la rueda de prensa en San Sebastián, donde se mostró entusiasmada por su incursión en el cine independiente.
Y destacó: “Nunca es demasiado tarde, estaba en mi jardín haciendo mermelada y pensando que nunca tendría una oportunidad así”.
La película, que compitió por la Concha de Oro, permitió a Anderson explorar un papel que refleja en cierta medida su propia trayectoria.
“Gran parte de mi carrera ha dependido de mi físico y esa ha sido una de las razones para hacer este experimento conmigo misma”, explicó. “Quitarme capas, recordar quién soy, no dejarme definir por los demás o por lo que la gente espera de mí, no amargarme y mantener la alegría de trabajar en este negocio”.
Para Gia Coppola, nieta de Francis Ford Coppola, este es su tercer largometraje después de Palo Alto (2013) y Mainstream (2020).
La directora reveló que tuvo en mente a Anderson desde el inicio del proyecto, pero fue después de ver su documental Pamela, una historia de amor (2023) cuando se convenció de que nadie más podía interpretar el papel.