Residentes del exclusivo condado de Palm Beach expresaron indignación y preocupación esta semana, acusando a la Administración Federal de Aviación (FAA) de afectar su salud, hogares y tranquilidad al redirigir el tráfico aéreo sobre sus vecindarios para evitar una nueva zona de exclusión aérea alrededor de la propiedad Mar-a-Lago del expresidente Trump.
La FAA ha impuesto restricciones de vuelo permanentes sobre Mar-a-Lago, que prohíben aeronaves dentro de un radio de una milla hasta 2,000 pies de altura, incluso cuando el expresidente no está presente.

Las reglas, solicitadas por el Servicio Secreto por razones de seguridad, permanecerán vigentes hasta al menos el 20 de octubre de 2025, obligando a los aviones a desviarse sobre otras partes del condado de Palm Beach.
Los residentes al norte y noreste del Aeropuerto Internacional de Palm Beach ahora enfrentan mayor tráfico aéreo, más ruido de jets y posibles retrasos en vuelos.
Funcionarios del condado manifestaron que fueron tomados por sorpresa por la decisión, advirtiendo que podría generar un aumento significativo en quejas por ruido.
“Puedes literalmente morir por esto”, declaró Jennifer Tucker, quien se identificó como médica, durante una audiencia pública donde describió el ensordecedor rugido de los jets que ahora pasan directamente sobre su casa.
Durante meses, los residentes aseguran haber soportado ruido incesante y humo de aeronaves que vuelan bajo, forzadas a desviarse alrededor de la residencia de Trump cuando las restricciones del Servicio Secreto están activas.
“Mi casa está llena del olor a combustible de avión”, afirmó otra residente, Jane Jones, ante el Comité de Ciudadanos del Condado de Palm Beach.
Varios residentes advirtieron que la exposición constante a gases de escape de aviones y explosiones sónicas está afectando gravemente su salud.
“El ruido no es solo una irritación… conduce a hipertensión, enfermedades cardíacas, trastornos del sueño”, explicó el Dr. Jerry Cammarata, residente de Palm Beach.
Otros afirmaron que la contaminación de las aeronaves ha causado daños físicos a sus viviendas, incluyendo decoloración de techos y estructuras.
Muchos propietarios destacaron que compraron propiedades deliberadamente lejos de las rutas de vuelo e invirtieron considerablemente en sus hogares para evitar este problema específico.
Los residentes aseguran que el tráfico aéreo constante ha hecho sus patios y piscinas inutilizables y está erosionando el valor de sus propiedades, con estimaciones de disminución de hasta dos dígitos porcentuales.
FV Medios ha solicitado comentarios a la Casa Blanca, la FAA y el Servicio Secreto sobre esta situación.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


