Alfredo Pacheco reanudó ayer las sesiones en la Cámara de Diputados, de la que es presidente, en medio del dolor, el proceso de velatorio y del sepelio que está pendiente de su hijo Luis Alfredo Pacheco Rojas, asesinado hace nueve días, en los Estados Unidos.
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Con voz entrecortada y expresión de tristeza, el diputado del Distrito Nacional y dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), se abrió en el hemiciclo, cuidando no llorar. Agradeció a los legisladores de todas las bancadas, que se solidarizaron con el difícil momento que dijo que vive, luego de la tragedia de su hijo, de 34 años, en Texas, Houston, en la noche del pasado lunes.
Indicó la premura que tienen por el proceso electoral. “Estamos aquí cumpliendo con nuestro deber, porque el servicio público no puede paralizarse por una situación personal de alguien. Estoy aquí cumpliendo con mi deber, no tengo otra salida”, afirmó, tras señalar que así lo han tenido que hacer otras personas. Agradeció a la clase política, a los familiares y amigos.
Se disculpó con quienes no han podido localizarlo.