Tras una angustiosa búsqueda que se prolongó por más de 20 días, la esperanza se desvaneció para la familia de Óscar Enrique, un joven estudiante de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), México.
La noticia que nadie quería oír llegó el pasado domingo: Óscar, de tan solo 22 años, fue hallado sin vida en un terreno baldío de Tijuana, y su cuerpo fue trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo).
La comunidad de Tijuana se volcó en la búsqueda de este joven con grandes aspiraciones, que compaginaba sus estudios de Derecho con un trabajo para poder costear su educación y alcanzar su mayor sueño: comprar una camioneta pick up Tacoma roja.
Fue el 14 de agosto de 2025 cuando su familia reportó su desaparición, y desde entonces, la incertidumbre y el miedo se apoderaron de sus seres queridos y amigos.
La confirmación del fallecimiento de Óscar vino de la manera más desgarradora. Su madre, quien había utilizado las redes sociales para pedir ayuda en la búsqueda de su hijo, compartió un mensaje que ha conmovido a miles de personas. En su publicación, se reflejaba un dolor inmenso, la clase de dolor que solo una madre puede sentir al perder a un hijo.
¿Por qué no tomaste mi vida en lugar de la suya, padre?”, escribió la madre de Óscar. “Si ya se la había dado una vez, pude haberlo hecho de nuevo con amor, por qué no me dejaste subir a mí en ese barco en lugar de él, por qué me dejaste a mí viva con el corazón muerto?”. Sus palabras, crudas y llenas de desesperación, resonaron en la comunidad digital, que ha expresado su solidaridad y luto.
Lo más trágico de esta historia es que la madre de Óscar tuvo un premonición de la tragedia un mes antes de que ocurriera.
A través de capturas de pantalla de una conversación del 12 de julio, la madre reveló una pesadilla que había tenido. “Soñé que estabas tirado boca arriba en un lugar como monte y tu ropa estaba como vieja, rota y sucia y te salían moscas de la boca”, le había escrito a su hijo en aquel momento.
Preocupada, la mujer le envió su bendición y le pidió que fuera un buen muchacho, demostrando el profundo amor y la preocupación que sentía por él. Óscar le respondió que Dios los cuidaba. Un mes después, ese sueño se convirtió en la dolorosa realidad.






