En las escarpadas montañas manieleras, donde “la canción del trabajo es himno que a diario se levanta”, en aquel refugio de esclavos en busca de la libertad, resonaron clarines de guerra durante la Independencia y la Restauración, con los San José de Ocoa (SJO) incursiona en la historia dominicana.
“Ocoa De la Independencia a la Restauración”, libro de la autoría de Luis. F. Subero lo reafirma, avalado con documentos y testimonios históricos de la época. El escritor e investigador ocoeño analiza las luchas armadas en ese período, la participación de SJO en ambas gestas, específicamente los combates de El Pinar, en abril de 1844, y La Eneíta, en enero de 1864, enfatizando la importancia estratégica militar de ese territorio por la inaccesibilidad de sus montañas y férrea defensa.
Como primicias, incluye un diario sobre la evolución de la guerra de Restauración en Ocoa, de diciembre del 1863 a mayo de 1865, así como cartas y oficios de la época. Cita dos documentos que estima relevantes para conocer la historia de la región en el período estudiado: la carta de Pedro Santana, entonces General del Ejército en el Sur, a Tomás Bobadilla, Presidente de la Junta Central Gubernativa, sobre el intento fallido de los haitianos de apoderarse de El Maniel; y el acta levantada en SJO al arriar la bandera tricolor e izar la española.
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Páginas encontradas
Este nuevo aporte bibliográfico de Subero Soto fue puesto en circulación junto a su libro “Páginas Encontradas. Recopilación de Escritos de José Francisco Subero”, tío del autor, publicados de 1919 a 1954 en periódicos y revistas, entre ellos Páginas Banilejas y Listín Diario y Ecos del Valle. Poemas, cuentos, discursos, artículos periodísticos, crónicas históricas y otros escritos de uno de los grandes intelectuales del Sur.
Su labor literaria fue bien conocida dentro y en el extranjero, siendo designado Miembro Honorario del Comité Cultural Argentino. Se le reconoce como pionero en la investigación de los orígenes de SJO, dijo el editor al presentar la obra, la cual incluye un episodio sobre el joven Máximo Gómez, Libertador de Cuba, durante su estadía en Ocoa como miembro del ejército español.
Desde Venezuela, donde nació en 1894, Subero Saber llegó al país en 1905, estableciéndose en Baní, luego en SJO, haciéndose ciudadano dominicano en 1925. “A pesar de nuestra estirpe siria, cosa que nos enorgullece en todo tiempo, nos sentimos dominicanos en cuerpo y alma”, enfatizó en 1928.
El prólogo fue escrito por su sobrino Jorge Subero Isa, expresidente de la Suprema Corte de Justicia, en el que comenta textos literarios, estampas y discursos compilados. Tras evocar vivencias de su infancia en casa de su tío, expresa:
___Fue un brillante orador y un intelectual de gran calado. Su formación en los clásicos de la literatura y su énfasis en la cultura grecorromana es digna de admiración; poseía una cultura universal. Fue un lector insaciable y cuando comenzó a tener problemas para leer, muchas veces fui testigo ver a su esposa, tía Carmita, leerle los periódicos y los libros.
___De él tengo en mi biblioteca la colección completa de Cicerón y otras obras de Tolstói, Luciano, Séneca, Renan, Virgilio, Plinio, Calderón de la Barca y otras, todas en ediciones de los primeros años del siglo XX, que él había regalado a mi tía Carime Isa Isa y esta me las obsequió diez o quince años antes de morir.
Ocoa De la Independencia a la Restauración
Esta obra analiza las batallas de la Independencia en territorio ocoeño (abril 1844), su protagonismo en la Anexión y la Restauración. Aporta un diario de guerra en Ocoa de 1863 a 1865, que Subero Soto extrajo de los diarios del ejército español, revisados en el Diario de la Guerra Dominico-Española, de Emilio Rodríguez Demorizi. Operaciones rutinarias con las que el autor puede llegarse a esta conclusión:
“La importancia que desde el punto vista de la estrategia militar representaba SJO como paso hacia y desde el Sur al Norte, lo que se evidencia, además, por los recursos que destinaba el Gobierno de la Anexión para mantener el punto, así como los constantes ataques y asedios por parte de los Restauradores”
Quizás por eso, un informe del 29 de septiembre de 1863 indica que por estar el poblado rodeado por sierras y montañas casi inaccesibles, “este punto es capaz de una fuerte defensa contra superiores fuerzas no solo por la dificultad de los caminos casi impracticables, también por la longitud de ellos, cubiertos de aspereza y peñascos al grado de caminar un solo hombre, de frente y a pie”.
Esa dificultad de acceso y la fortaleza de su defensa –apunta— ya había sido reconocida por Santana en la citada carta a Bobadilla en mayo 1844, al expresar “lo difícil que le es posesionarse (a los haitianos) del Maniel, tanto por lo inaccesible del mismo sitio, cuanto por la energía con que está defendido”.
Califica de errado un informe de Santana a Bobadilla del 14 de abril del 1844, comunicándole que los haitianos habían atacado El Maniel, “suponiendo, sin tener detalles en el momento, que ese poblado estaba en posesión del enemigo.
“No sabemos si la intención de Santana era la de sembrar la percepción de que la lucha era inútil si no se contaba con ayuda de ultramar”.
En otro documento fechado en Baní el 5 mayo de 1844, Santana informa a Bobadilla que estaban en posesión pacífica de El Maniel. Tal afirmación, dice Subero Soto, no debe entenderse que Ocoa estuvo en poder de los haitianos, sino que se refiere a la región, recordando que entonces toda la zona montañosa al norte de Baní y Azua, hoy provincia SJO, era llamada El Maniel, y seguramente alude El Memiso y El Pinar.
Su fecha, 5 de mayo, nos revela que las hostilidades no concluyeron el 13 abril, como dicen algunos historiadores, sino que hubo otras confrontaciones, quizás no con la magnitud de una batalla entre dos ejércitos, afirma el autor, quien tras citar otras evidencias históricas, sostiene:
“Podríamos decir que la derrota que marcó el fin de esa primera campaña militar de 1844 fue la sufrida en territorio ocoeño por las huestes haitianas”.
Los libros fueron puestos en circulación el pasado 7 de abril en la sede del Club Rotario de SJO, entidad que los imprimió y a la que el autor cedió los derechos de comercialización para sus actividades de apoyo comunitario. En el acto fue leída la biografía de Subero por la escritora Mercedes Cabral, mientras la profesora Fanny Santana leyó uno de sus poemas y un cuento En nombre de su familia agradeció el el reconocimiento, su nuera, señora Marianela Díaz.
Subero Soto, quien realiza un inventario bibliográfico de escritores de Ocoa, habló sobre el proceso de investigación en ambos libros, precedidos por “Son de la Loma”, primera antología literaria de autores ocoeños desde 1920. En 2022 obtuvo primer lugar en el II Premio Regional del Festival Literario Sur en el renglón cuentos con “Más allá de las Montañas Azules”, pieza de ficción con un trasfondo histórico en el que se reivindican las montañas de El Maniel como un espacio de libertad.