Un empleado de un hotel en Dakota del Norte fue captado arrojando sábanas a un jacuzzi en un acto que el establecimiento justificó como método para eliminar manchas, pero que ha desencadenado una investigación de las autoridades sanitarias estatales. Huéspedes del Expressway Suites en Fargo grabaron al trabajador introduciendo las sábanas en el agua clorada y removiéndolas con un palo de escoba durante su estadía.
“Al principio pensé que quizás el jacuzzi estaba dañado, que el drenaje estaba roto, que intentaban absorber el agua, pero luego empezó a agregar más y yo pensé: ¿qué está pasando?”, declaró el huésped Alex Kenmille a KVLY. “Eso es asqueroso. ¿Estás bromeando? ¿Vamos a dormir en esas sábanas? Estaba realmente disgustado”.
El hotel aseguró que las sábanas que se colocan en las camas de los huéspedes se lavan de manera convencional, explicando que el jacuzzi se utilizaba exclusivamente para tratar manchas en la ropa blanca. “Las sábanas se meten en el jacuzzi y eso quita pequeñas manchas, luego el jacuzzi se vacía. Se limpia profundamente con una máquina limpiadora grande”, afirmó un trabajador del hotel durante una llamada telefónica grabada.
La gerencia del establecimiento ubicado junto a la I-94 declaró que emplean este método no tradicional únicamente como último recurso para limpiar la ropa de cama, y que los empleados solo deben realizarlo cuando la piscina está cerrada. Personal senior del hotel indicó que normalmente colocan las sábanas en el jacuzzi fuera del horario de uso, y confirmaron que ya habían amonestado al trabajador por realizar la práctica frente a huéspedes.
El hotel informó que está consultando con funcionarios de salud municipal para verificar si esta práctica es segura. A pesar de los altos niveles de cloro, expertos en salud advierten que los jacuzzis pueden contener fluidos corporales que favorecen la proliferación bacteriana.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades han identificado a los jacuzzis como fuente significativa de patologías, incluyendo enfermedades respiratorias, legionelosis y dermatitis conocida como “sarpullido del jacuzzi”, especialmente cuando el mantenimiento es deficiente.
“Solo con sentarse en un jacuzzi, con el calor, tu piel literalmente se desprende… es como mudar la piel”, testimonió la huésped Amy Vandal. Tanto Vandal como Kenmille reportaron el incidente a las autoridades sanitarias locales, quienes mantienen una investigación abierta sobre las operaciones del establecimiento.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**