Hijo mío, pon en práctica mis palabras y atesora mis mandamientos. Proverbios 7: 1
A nosotros nos gusta aprender, pero nos desagrada poner en práctica lo que aprendemos. La teoría sin la práctica no resulta, porque el verdadero conocimiento se adquiere cuando lo practicamos.
Jesús enseñaba a sus discípulos por largas horas y les explicaba lo que era el Reino de Dios, pero de inmediato demostraba lo que había enseñado: sanando a los enfermos y libertando a los cautivos.
Nosotros oímos mensajes, estudiamos la Palabra, pero no la ponemos en acción. Luego vemos el resultado de esto en nuestra vida cuando vienen los problemas; nos desesperamos, nos impacientamos, nos airamos y decimos “¿Dónde está Dios?”. Dios está pero nosotros no, porque no hemos puesto en práctica lo que hemos aprendido.
No nos quedemos con decir “Yo sé”, “Yo conozco”, sino que podamos decir “Yo lo he experimentado y me ha dado resultado”.