Los magos de oriente cargaban costosos regalos y al saber que un nuevo rey había nacido, se embarcaron en un largo y peligroso viaje. Al ser un recién nacido, en el templo, unos ancianos también reconocieron al niño rey. Si las personas pudieran ver en realidad quién eres y por qué estás aquí, te respetarían más, te valorarían y no te apartarían de sus vidas; algunos consideran que tu futuro depende de la validación, aceptación o ayuda que puedan darte. Nadie más que tú mismo es responsable de que acontezca. Dios mismo trajo su mayor regalo para ti, Jesús es todo lo que necesitas. ¿Adónde te lleva esa verdad? Poquísimos tendrán la capacidad de ver tu potencial desde bebé, pero paz, tu propósito no requiere aprobación, solo fe, constancia y pasión.