Puerto Príncipe (Haití).- El jefe de la fuerza policial multinacional encabezada por Kenia encargada de frenar la violencia de las pandillas en Haití dijo que “no hay cabida para el fracaso” y se comprometió el lunes a garantizar elecciones democráticas, pero no respondió preguntas importantes persistentes.
La sesión informativa transmitida a nivel nacional fue el primer comentario público de las fuerzas kenianas que llegaron a Haití a finales del mes pasado, meses después que poderosas pandillas tomaron el control de la mayoría de la capital, Puerto Príncipe, y causaron la dimisión del primer ministro.
“Tenemos un trabajo que estamos comprometidos a realizar”, dijo el policía keniano Godfrey Otunga. “Tenemos la intención de lograrlo trabajando conjuntamente con las autoridades haitianas y socios locales e internacionales dedicados a un nuevo Haití”.
La misión policial respaldada por Naciones Unidas, a la que Estados Unidos ha prometido destinar más de 300 millones de dólares, ha sido cuestionada desde el principio. En Kenia, la policía lleva mucho tiempo siendo acusada por observadores y testigos de violar los derechos humanos, incluso en protestas recientes.
El nuevo primer ministro haitiano, Garry Conille, ha calificado la historia de intervención extranjera en su país como una “mezcla” que ha incluido violaciones de los derechos humanos y una “falta de respeto por la soberanía y la cultura local”.
Kenia ha prometido 1.000 policías para la fuerza policial internacional —inicialmente llegaron 200— y Conille dijo la semana pasada al Consejo de Seguridad de la ONU que el próximo contingente llegará “muy pronto”. Posteriormente se les unirán policías de Bahamas, Bangladesh, Barbados, Benín, Chad y Jamaica. La fuerza contará con un total de 2.500 elementos.
Un consejo de transición nombró a Conille como nuevo primer ministro de Haití en mayo. Estados Unidos lo ha instado a priorizar la creación de un consejo electoral en un momento en que el país trata de reconstruir su gobierno. Conille tiene la tarea de estabilizar el país en preparación para las elecciones democráticas de febrero de 2026.
Otunga dijo que la nueva misión tiene como objetivo “crear condiciones de seguridad propicias para la realización de elecciones libres y justas”.
El jefe de la policía haitiana, Normil Rameau, también se dirigió a la nación y dijo que la misión se centra en recuperar todas las áreas del control de las pandillas, restablecer la presencia policial en regiones que carecen de autoridad y ayudar a los haitianos desplazados por las pandillas a regresar a sus hogares. Más de medio millón de personas han sido desplazadas.
Rameau y otras autoridades del gobierno haitiano no han compartido detalles de futuras operaciones, citando razones estratégicas y explicando que no quieren alertar a las pandillas sobre sus planes.
Haití solicitó una fuerza internacional para combatir a las pandillas en 2022, y el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió durante meses que un país liderara la fuerza antes que los kenianos alzaran la mano.
Las pandillas han ganado fuerza desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio de 2021 y ahora se estima que controlan hasta el 80 % de la capital. El aumento de los asesinatos, las violaciones y los secuestros ha provocado un levantamiento violento de grupos civiles de vigilancia.
(AP)