La comunidad de Masaguara, en el departamento de Intibucá, Honduras, atraviesa momentos de profundo dolor tras confirmarse la muerte de Nery Yahir Sierra Rodríguez, un niño de 10 años que había desaparecido el pasado viernes 10 de octubre luego de ser arrastrado por la corriente del río Grande de Otoro.
El menor se encontraba de visita junto a su familia en la comunidad de Arada cuando, mientras jugaba con sus hermanos a orillas del río, fue sorprendido por la fuerza de la corriente.

De acuerdo con los reportes de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco), el incidente tuvo lugar en la zona conocida como La Canasta, donde el caudal del afluente había aumentado de forma repentina debido a las fuertes lluvias registradas en los últimos días.
Tras conocerse la desaparición, equipos del Cuerpo de Bomberos y personal de Copeco desplegaron un operativo de búsqueda y rescate, enfrentando condiciones adversas por el terreno fangoso y el elevado nivel del río. Luego de varias horas de labores ininterrumpidas, las autoridades confirmaron el hallazgo sin vida del cuerpo del menor.
El subcomisionado Darwin Flores indicó a medios locales que “todo apunta a que el niño fue arrastrado por la corriente en un momento de descuido, mientras jugaba con sus hermanos”.
Copeco explicó que una vaguada en el territorio nacional ha generado lluvias intensas en gran parte del país, especialmente en la zona suroccidental. Por esta razón, Intibucá se mantiene bajo alerta roja, junto con los departamentos de Francisco Morazán, La Paz y Lempira, debido al alto riesgo de inundaciones, deslaves y crecidas repentinas.
Asimismo, los departamentos de El Paraíso, Choluteca, Valle, Comayagua y Ocotepeque permanecen en alerta amarilla, mientras que Copán, Santa Bárbara, Cortés, Yoro y Olancho se encuentran bajo alerta verde.
Ante los recientes incidentes, que incluyen la muerte de dos menores en Tegucigalpa la semana anterior por circunstancias similares, las autoridades reiteraron el llamado a la población a no intentar cruzar ríos, quebradas o corrientes, aunque las lluvias hayan cesado. “Los ríos pueden tardar hasta cinco días en retornar a su nivel normal”, advirtió Copeco.
Vecinos, familiares y voluntarios se unieron en las labores de búsqueda, expresando su solidaridad con la familia de Nery Yahir. La tragedia ha conmocionado a toda la comunidad, que ahora exige mayor atención preventiva ante los riesgos naturales que enfrentan las zonas rurales hondureñas.
Esta lamentable pérdida evidencia la vulnerabilidad de muchas comunidades ante los efectos del cambio climático y la urgencia de fortalecer los sistemas de alerta temprana en el país.
Redacción FV Medios
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


