El avance de las tecnologías, sobre todo en los últimos años con el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) o los aviones no tripulados, apunta a que la vida será más fácil para las personas, aunque no todo es positivo: la delincuencia y el crimen se podrán beneficiar de ello.
Es lo que recoge un informe de 48 páginas publicado esta semana por la Europol, la agencia encargada de planificar y coordinar las investigaciones y operaciones contra organizaciones criminales y terroristas en la Unión Europea.
“Los sistemas no tripulados se emplean en diversas industrias, como la manufactura, la atención médica y, más recientemente, la guerra. Estas tecnologías también están siendo adoptadas cada vez más por las fuerzas del orden para mejorar el conocimiento de la situación, mejorar la seguridad y ampliar el alcance operativo”, dice la introducción.
“Sin embargo, su uso plantea preocupaciones sobre la seguridad, la privacidad, la protección de datos, los desafíos regulatorios y la necesidad de mantener la confianza pública. Este informe del Laboratorio de Innovación de Europol examina el impacto de los sistemas robóticos y no tripulados en la aplicación de la ley”, prosigue.
El informe muestra “escenarios futuros plausibles”, donde los robots son “un elemento fijo de la vida cotidiana en toda Europa, deslizándose silenciosamente por los centros comerciales, entregando paquetes en pisos del quinto piso y limpiando los andenes del transporte público por la noche”.
Pero este impulso podría motivar campañas de sabotaje contra las máquinas. “En este clima de inquietud, incluso pequeños fallos de funcionamiento, como un robot de atención hospitalaria que administre la medicación equivocada, se magnifican y se convierten en escándalos nacionales, alimentando los llamados populistas a ‘poner a las personas primero'”, dice el informe.
Otra de las advertencias apunta a que los delincuentes cibernéticos podrían secuestrar robots de atención impulsados por inteligencia artificial, convirtiendo a los ayudantes en depredadores capaces de recopilar datos personales o incluso manipular a personas vulnerables.
El informe también afirma que “las capacidades empáticas de los robots sociales podrían, en el futuro, ser abusadas por actores criminales y terroristas para una variedad de actividades maliciosas”.
El informe dice que “los grupos terroristas están dispuestos a lanzar enjambres de cuadricópteros de bolsillo controlados por inteligencia artificial, recuperados de la guerra de Ucrania, para sabotear las redes de electricidad y agua o para sacar a criminales de la cárcel”.
Un portavoz de Europol subraya que la agencia “no puede predecir el futuro” y dijo que el objetivo del documento simplemente es “anticipar escenarios futuros plausibles que nos permitan tomar decisiones más informadas hoy”.
De hecho, los cárteles mexicanos y las redes extremistas islámicas ya dominan el uso de drones baratos y los expertos en seguridad dicen que los gobiernos deben despertar ante esta nueva era de tecnología terrorista.
Agentes y máquinas trabajando juntos
Europol insiste en que el trabajo en equipo entre humanos y robots será vital en la actuación policial del futuro, donde agentes y máquinas responderán a emergencias y reunirán pruebas juntos.
La policía podrá encargar actividades cotidianas, como el patrullaje rutinario o la gestión del tráfico, a sustitutos mecánicos.
Pero el informe incluso plantea escenarios como robots confiscados que escapan a la custodia, la dificultad de tener que “interrogar a un robot” o cómo la policía puede tener dificultades para determinar si un coche sin conductor provocó un accidente por error o a propósito.