
Donald Trump vuelve a la carga por Gronelandia, como ya hiciera justo a su vuelta a la Casa Blanca, aunque, a diferencia de entonces, no habla directamente de un ataque militar contra la isla para hacerse con su control. Pero el mensaje no cambia: “La necesitamos por razones de seguridad”, apuntó esta semana el presidente de Estados Unidos sobre un territorio autónomo que depende de Dinamarca y que, por tanto, en cierto modo es parte de la UE. El paso de Trump eso sí cobró importancia estos días con el nombramiento de un enviado especial para la isla, lo que hizo saltar las alarmas de nuevo en Copenhague y en Bruselas.

Con todo, el presidente estadounidense ha matizado que no se trata de una cuestión de recursos, sino estratégica, parte de la batalla geopolítica. “Si miras a lo largo de la costa, ves barcos rusos y chinos por todas partes”, ha asegurado ante los periodistas, donde también afeó a Dinamarca su poca acción en la isla durante todas estas décadas. “Dicen que Dinamarca estuvo allí hace unos 300 años, con un barco. Bueno, estoy seguro de que nosotros también estábamos allí con barcos. Así que tendremos que resolverlo todo”, expuso el propio Trump.
La reacción danes no tardó en llegar y el ministro de Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, convocó al propio enviado especial de EEUU. “Este nombramiento confirma el interés estadounidense en Groenladia. Sin embargo, estamos determinados a que todo el mundo, incluido Estados Unidos, muestre respecto por la integridad territorial del reino“, le dijo a Jeff Landry, tal como repitió después en entrevistas en televisión. No se puso sobre la mesa en cambio nada relativo a un ataque militar, pero la sombra de las palabras y los avisos de Trump en 2024 en ese sentido siguen presentes.
La UE, por su parte, alineó su mensaje con el de Copenhague y así se vio en las palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa. “La seguridad del Ártico sigue siendo una prioridad clave para la Unión Europea, una prioridad por la que queremos trabajar con aliados y socios”, expusieron en un comunicado conjunto. “La integridad territorial y la soberanía son principios fundamentales del Derecho Internacional”, continuaron, en las mismas palabras emitidas en 2024, sin ir más lejos, sobre el mismo asunto. De este modo, Costa y Von der Leyen han advertido de que se trata de principios “esenciales” no sólo para el conjunto de la Unión Europea, sino también para “todas las naciones alrededor del mundo”.
El último en sumarse fue Emmanuel Macron, que visitó Groenlandia directamente este martes y paseó por su capital. “En Nuuk, reafirmé el apoyo inquebrantable de Francia a la soberanía y la integridad territorial de Dinamarca y Groenlandia. Groenlandia pertenece a su gente. Dinamarca actúa como su garante. Uno mi voz a la de los europeos para expresar nuestra plena solidaridad”, compartió el presidente de Francia en redes sociales. También en su cuenta de X se posicionó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Respetar la soberanía e integridad territorial es central para la UE y para todas las naciones del mundo. La seguridad en el Ártico es una prioridad en la que buscamos trabajar con aliados y socios. Trasladamos nuestra plena solidaridad con Dinamarca y el pueblo de Groenlandia”, esgrimió.
Con todo, queda la duda de qué pasaría si EEUU atacase Groenlandia con su Ejército. ¿Qué haría la UE? En principio, no podría recurrir al artículo 42.7 del Tratado, que obliga a asistir militarmente a un socio del bloque, en este caso Dinamarca, porque en realidad Groenlandia no forma parte de la Unión. Eso sí, se podría actuar con otras medidas como sanciones o aranceles, según apuntan algunos expertos consultados por 20minutos.
Estos planes de Trump sobre la isla no son nuevos, pues ya avisó en 2019 y 2021 de que eran una opción: de hecho, Groenlandia es un punto clave para el futuro geopolítico, y ya tiene presencia no solo de la UE o de EEUU, sino también de China. El Ártico es el futuro. Groenlandia cuenta con uno de los mayores depósitos de tierras raras del mundo. Estas son imprescindibles en la producción de las baterías de coches eléctricos, ordenadores, pantallas, televisiones o teléfonos móviles. Es decir, un sector capital al fin y al cabo también para la autonomía estratégica de la Unión.
La batalla del Ártico
Todo es, de hecho, parte de una ‘batalla’ por el Ártico, donde confluyen EEUU, Rusia, China y la UE, que también ha iniciado allí su despliegue diplomático porque se trata de una zona muy rica en metales raros, claves ahora mismo para el desarrollo tecnológico y que están en el punto de mira de Bruselas para su estrategia a medio y largo plazo de ser más autónoma en este sentido. Groenlandia, además, tiene una posición geográfica decisiva. Está en el Atlántico Norte, entre Europa y Norteamérica, al otro lado de la bahía de Baffin, frente a Canadá. Es la isla más grande del hemisferio norte y un 85% de sus 2,1 millones de kilómetros cuadrados están cubiertos por el hielo. Su población apenas llega a los 60.000 habitantes, concentrados en la costa sur. Alrededor del 88% de ellos son inuit.
Debajo del hielo, inmensos tesoros. En Groenlandia hay yacimientos de rubí, que se explotan desde 2007, y grandes depósitos de hierro, aluminio, níquel, platino, tungsteno, titanio, cobre y uranio, todos ellos por extraer. En 2021, el Gobierno groenlandés aprobó una ley que prohíbe la extracción de uranio.
Y además de todo eso, tierras raras. La isla ártica es considerada el depósito más grande de tierras raras el mundo. Éstas se utilizan en teléfonos móviles, vehículos eléctricos y otros aparatos electrónicos de consumo, pero también en bombas y otras armas. En la actualidad, China es uno de los principales proveedores de estos minerales. Hay mucho que extraer y por culpa del calentamiento del planeta hacerlo va a ser más facil. El cambio climático, podría dejar a la vista (accesibles) buena parte de esos enormes recursos naturales. Además, con el deshielo podrían abrirse nuevas vías fluviales en la región ártica.
Así, Trump quiere algo que también quieren los demás, aunque cambie el tono. La UE parte con ventaja porque Groenlandia es, en realidad, territorio europeo, aunque no sea al cien por cien; pero también es quien más tarde va en esa estrategia. Por eso el plan de EEUU no es solo para ellos, sino que se ha convertido en un acicate para una discusión estratégica que ya parece periódica a escala global.



