Enrique Ortuño, el abuelo de los niños que desaparecieron este viernes junto a su padre en el naufragio de un barco turístico en Indonesia, ha admitido que si en dos o tres días no hay rastro de sus familiares, las autoridades dejarán de buscar.
“Si no aparecen mis nietos, en dos, tres días, final de año, dejarían de buscar”, ha dicho Ortuño en declaraciones recogidas por la Cadena COPE. El hombre, propietario del conocido restaurante valenciano El Coso del Mar, dice que la familia no pierde la fe: “Sabemos que es muy difícil, pero como somos católicos, no nos queda otra”, dice.
Ortuño ha podido hablar con su hija, que sobrevivió al naufragio junto a otra nieta. El empresario dice que “vivió en directo todo” y vio cómo se hundía el barco con su marido y sus tres hijos: “Dice que ella vio el barco hundirse y con ellos a su familia”, explicó el abuelo.
Ortuño ha señalado que en la zona de la desaparición “hay muchas corrientes y aún no han encontrado el barco, han encontrado unos trozos”. Según su relato, el barco es de madera y su estado pudo ser una de las claves de la catástrofe: “Pienso yo que por el mal uso y cómo se mantienen los barcos”, dijo preguntado por las causas del suceso.
Mi hija y mi nieta salieron despedidas del barco porque se encontraban en una parte más alta. Cayeron al mar y han sido rescatadas, pero mis tres nietos y mi yerno posiblemente quedaron atrapados en el barco, que se partió y se hundió rápidamente”, explicó previamente Ortuño en declaraciones recogidas por la Agencia EFE.
“Aún no podemos decir fallecidos, porque no se han encontrado los cuerpos, pero sí desaparecidos. Mi hija y mi nieta están a salvo y puedo hablar con ellas porque las instituciones se han volcado conmigo”, dijo el hombre, que admite que “las probabilidades son pocas”.