Las calles de Oslo viven hoy una jornada marcada por la el acento venezolano. La capital noruega espera la posible aparición de María Corina Machado, líder opositora venezolana y Premio Nobel de la Paz 2025, cuya presencia en la ceremonia ha sido confirmada por el Instituto Nobel pero aún no ratificada por su equipo por razones de seguridad. La opositora, obligada a vivir en la clandestinidad desde hace más de un año por la persecución del régimen de Nicolás Maduro, podría reaparecer en público por primera vez desde agosto de 2024. La rueda de prensa, prevista en un principio para las 13 horas de este martes, ha sido pospuesta sin especificar la nueva hora.
El Instituto Nobel asegura haber mantenido contacto directo con Machado durante el fin de semana y sostiene que ella confirmó su intención de viajar a Oslo. Sin embargo, su círculo más cercano mantiene un hermético silencio. “Anhelamos que esté en Oslo, pero es una coyuntura muy compleja”, repiten desde su entorno, según recoge El País. Los allegados de Machado temen una posible detención al salir de Venezuela o regresar después del galardón. El fiscal general del país llegó a advertir en noviembre de que sería considerada “fugitiva” si abandonaba territorio venezolano para recibir el premio.
No obstante, tampoco está garantizado y nadie sabe si habrá que esperar a la propia ceremonia del miércoles. Tras la rueda de prensa, debería celebrarse una reunión a puerta cerrada entre la Nobel y el Comité Noruego del Nobel, seguida de la firma en el libro oficial de visitas, aunque todos estos pasos están condicionados a su presencia real.
La expectación ha crecido con la llegada a Oslo de figuras políticas y familiares clave. Su madre, Corina Parisca, aterrizó este lunes en la capital noruega y confesó que sería un “milagro” poder abrazar hoy a su hija, a la que no ve desde hace más de un año. También se encuentra ya en la ciudad Ana Corina Sosa, hija de Machado.
A la espera de la opositora, varios mandatarios latinoamericanos han confirmado su asistencia expresamente para acompañarla: los presidentes de Ecuador, Panamá, Paraguay y Argentina —este último, Javier Milei, condicionó su viaje a la presencia de Machado— ya se encuentran en Oslo o volando hacia la capital noruega. El presidente electo de Venezuela, Edmundo González, también asistirá.
El chavismo, entretanto, alimenta su propia narrativa. Diosdado Cabello insiste en que Machado ya abandonó Venezuela hace días, mientras difunde teorías sobre su paradero basadas en detalles tan nimios como la ropa que viste en sus videos. El régimen ha perseguido de manera sistemática a su entorno, lo que explica el férreo secretismo que rodea cualquier movimiento de la Nobel, incluso desde de la clandestinidad.