#Mundo:qué piensa y qué promete el nuevo presidente de Chile que ha devuelto el poder a la derecha en La Moneda #FVDigital

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A la tercera ha sido la vencida. José Antonio Kast ha ganado las elecciones y será el próximo presidente de Chile, el país del péndulo político. Un izquierdista, Gabriel Boric, se despide y un derechista llega en su lugar. Kast tiene 59 años y tomará posesión el próximo 11 de marzo.

Desde aquí, a 10.000 kilómetros de distancia, lo que más nos llama la atención de Kast es que defienda a Augusto Pinochet, al general que impuso su dictadura en la vida de los chilenos entre 1973 y 1990. “Si estuviera vivo, votaría por mí”, dijo en 2017, en su primer intento por llegar a La Moneda, sede del Gobierno.

Su defensa del dictador no es coyuntural ni oportunista. Ya cuando era un estudiante de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile, con tan solo 22 años, Kast hizo campaña a favor de la continuidad de Pinochet en la propaganda televisiva para el plebiscito en 1988 sobre la continuidad del régimen. “Kast es una figura vinculada directamente al pinochetismo. Es heredero de su tradición”, dijo a Efe Octavio Avendaño, de la Universidad de Chile.

En ello tuvo mucho que ver la influencia de su hermano mayor. Miguel Kast se formó en como economista en la Universidad de Chicago y, después, se convirtió en ministro y presidente del Banco Central del régimen militar de Pinochet. Falleció en 1983 por cáncer, pero marcó al nuevo presidente y sus convicciones económicas y políticas, refiere Nicole Iporre en el diario chileno La Tercera. Y no sólo para él: Miguel Kast sigue siendo una especie de gurú para la derecha más neoliberal.

El hijo de un nazi alemán

José Antonio Kast Rist nació en Santiago el 18 de enero de 1966 y se crió en Buin, muy cerca de la capital. Es el menor de los diez hijos de Michael Kast Schindele y Olga Rist Hagspiel, inmigrantes alemanes que llegaron a Chile tras la Segunda Guerra Mundial. Algunos documentos e investigaciones aseguraron que Michael Kast había sido en su juventud un militante del Partido Nazi.

El nuevo presidente de Chile es católico practicante y pertenece al Movimiento apostólico de Schönstatt. En 1991 se casó con la abogada María Pía Adriasola Barroilhet, a quien conoció mientras los dos estudiaban derecho. Tienen nueve hijos, uno ya diputado.

Al año de entrar en la facultad, Kast se apuntó al Movimiento Gremial, la corriente universitaria que fundó Jaime Guzmán, colaborador del régimen y redactor de la Constitución actual. Aquel gremialismo era la alternativa a las formaciones de centro y centro izquierda que centraban la agenda de Chile.

De la mano de Guzmán dio primera forma a sus ambiciones políticas. Fue concejal de Buin, entre 1986 y 2000. Saltó a la política nacional y fue diputado por la Unión Demócrata Independiente (UDI), de 2002 a 2014. Quiso ser presidente del partido, pero fracasó. En 2016, renunció al partido tras 20 años de militancia.

Kast crea su propio partido

Decidido a crear una alternativa política a la derecha tradicional, ya entonces Kast habló de sus aspiraciones presidenciales. Efectivamente, en 2017 lo intentó por primera vez. Sin partido, inscribió su candidatura presidencial como independiente. Fue el cuarto candidato más votado de los ocho que se presentaron, con un 7,93% de los votos.

Un año después, fundó el movimiento Acción Republicana, que en 2019 se convirtió oficialmente en el Partido Republicano de Chile. Con un traje hecho a su medida, Kast endureció el discurso, especialmente en materia de seguridad y migración. Ya estaba más a la derecha de la derecha.

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Aunque en 2021 fracasó de nuevo en la carrera presidencial, Kast acabó logrando que su partido se fuera imponiendo al resto de formaciones derechistas. En mayo de 2023, el Partido Republicano consiguió ser la fuerza política con mayor presencia en el Consejo Constitucional. Ese órgano compuesto por 51 consejeros electos por votación popular debía redactar un proyecto de nueva Constitución para Chile. Los de Kast obtuvieron 22 escaños (el 43,1% del Consejo).

De aquel Consejo salió un texto constitucional que fue sometido a plebiscito el 17 de diciembre de 2023. El 55,76% de los chilenos rechazaron la propuesta constitucional, que era claramente de derechas. Se consideró un fracaso de Kast. “Fue incapaz de tomar una solución de Estado, asumirse como estadista y permitir que saliera una constitución de consenso general. Se envolvió en la manta de lo puritano y los valores”, asegura Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano.

Pero la política de Chile es pendular. Dos años después de la derrota constitucional, Kast y su partido ultraconservador han ganado la elección presidencial, ahora sí, con más de 58% de los votos.

Qué quiere hacer Kast con Chile

La razones de la victoria de un candidato tan a la derecha hay que buscarlas en las tensiones creadas por el aumento de la crisis migratoria, la delincuencia y la percepción de inseguridad en el país. Percepción, esa es la palabra. Porque Chile sigue siendo el país más seguro de Latinoamérica.

En su lista de políticos admirados están Donald Trump, Javier Milei, Giorgia Meloni y Nayib Bukele. Y como ellos propone un programa ultraliberal, con enormes recortes del Estado. Kast planea un ajuste fiscal de 6.000 millones de dólares en 18 meses, aunque todavía no ha explicado cómo podría lograrlo.

Y mano dura contra la delincuencia y la migración irregular. Su promesa estrella es crear un “Gobierno de emergencia” para aplicar mano dura y solucionar la crisis de seguridad que, según él, vive Chile. En los planes de Kast está promover políticas más estrictas en migración y orden público.

En su campaña, ha prometido instalar zanjas en las fronteras de Chile con Bolivia y Perú para obstaculizar más el paso de los inmigrantes irregulares. También, al estilo de Trump en EEUU, ha hecho un llamamiento a los cerca de 340.000 migrantes irregulares a “autodeportarse” del país y quiere tipificar la migración irregular como un delito.

En el pasado dijo oponerse al aborto legal y a la píldora del día después. También cuestionó el matrimonio igualitario. Pero para esta campaña, Kast se ha cuidado mucho de no mostrar sus posiciones ultraconservadoras en materia de libertades individuales para no espantar el voto femenino y juvenil. Tampoco ha aclarado si liberará a los exmilitares condenados por crímenes de lesa humanidad.



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