Alemania se la juega en las elecciones de este domingo, y en gran parte también lo hace la Unión Europea. En ese contexto, el eurodiputado del PPE -su formación, el Partido de la Familia, está enmarcado junto con la CDU-CSU– Niels Geuking se sienta en Bruselas con 20minutos para tratar los grandes temas de la campaña y lo que será clave para el país en los próximos años. Su partido es favorito en las encuestas, pero la clave está en el auge de la AfD y en la posibilidad de que se reedite una gran coalición. Además, la migración, la posible injerencia rusa, el papel germano en la UE o el mapa actual sobre la guerra en Ucrania también son prioridades en la agenda.
¿Cómo ve las elecciones desde Bruselas?
Las elecciones alemanas son de suma importancia para la Unión Europea, ya que el Gobierno y la economía de Alemania son fundamentales para las directrices europeas y la estructura de toda la Unión. Al final, también se trata de que, por supuesto, estamos expectantes ante las elecciones en Berlín, porque sin Madrid, sin París, sin Roma, no podemos tomar una gran decisión aquí. Y esperamos una formación de gobierno lo antes posible, para no perder más tiempo. Eso es esencial para nosotros, para que podamos volver a trabajar con plena energía y con toda la fuerza en beneficio de la gente aquí en Bruselas.

¿Cuáles son los grandes retos para Alemania desde su punto de vista?
Hablamos muy poco del problema generacional y, como Partido de la Familia, ni siquiera somos considerados en esta campaña electoral. Discutimos temas completamente diferentes que, por supuesto, son importantes por sí mismos. Pero uno de los temas centrales que me preocupan es la política familiar, y las familias tienen muy poca presencia en esta campaña electoral y, en general, en el panorama político.
Es un tema amplio, de hechoComo sociedad, realmente debemos preguntarnos si no deberíamos abordar el urgente problema de la pobreza infantil y mejorar el acceso a la educación, ya que la educación, en muchos casos, ni siquiera tiene lugar. Más allá de la política familiar, el tema de la educación está completamente ausente en esta campaña electoral. Nadie habla de cómo podríamos lograr mejoras, de cómo modernizar las escuelas, o de cómo combatir activamente la pobreza infantil. Son asuntos infrarrepresentados en las campañas.
¿Es esa parte de la política social un tema olvidado?
Tenemos la tasa de natalidad más baja de toda Europa, no solo en Alemania, sino en toda Europa, desde que se comenzaron a registrar estos datos. Y esa es, por supuesto, la razón por la cual los niños representan el mayor riesgo de pobreza. Especialmente para los jóvenes, para los padres jóvenes o aquellos que podrían convertirse en padres, las perspectivas para formar una familia son peores que nunca. Porque la política familiar, en última instancia, simplemente no se lleva a cabo al nivel en el que debería desarrollarse políticamente.
¿Cómo puede combinar sus prioridades como partido familiar con la cuestión migratoria en Alemania? AfD, por ejemplo, habla de “remigración”.
El problema con la migración es que todo se mete en el mismo saco. No existe la “desmigración” o “remigración”. Lo que debemos hacer es analizar por separado los diferentes grupos de personas que llegan: aquellos que huyen de la guerra y de crisis externas que, al final del día, harían que cualquier persona normal tuviera que huir. Bajo ciertas circunstancias, nosotros también lo haríamos. Luego están los perseguidos políticos, los solicitantes de asilo. Después, hay quienes emigran por razones económicas, buscando una vida mejor, algo completamente normal y humano. Y, en este contexto, es fundamental no perder la oportunidad de desarrollar y debatir soluciones diferenciadas. Sin embargo, partidos como la AfD deliberadamente lo reducen todo a un discurso populista, desvirtuando el debate y dificultando la búsqueda de respuestas reales.
¿Ve la migración desde un punto de vista menos encorsetado?Sí, el problema de la migración, en general, también es un problema del mercado de la vivienda y, por lo tanto, de la sociedad, porque tiene un impacto social directo. Si logramos aliviar la situación en el mercado de la vivienda—que, en mi opinión, es uno de los problemas clave en este debate—podremos reducir las tensiones sociales en este ámbito y, con ello, tendremos una gran oportunidad para que la integración sea un éxito. Esto significa que se debe garantizar el acceso tanto al mercado laboral como a la vivienda para todos, independientemente de si se trata de migrantes o de personas que han vivido aquí durante generaciones o décadas. Siempre debemos observar el panorama completo. Además, la población alemana necesita trabajadores bien capacitados para poder afrontar las demandas del futuro. Existen múltiples razones para la migración y la inmigración: la guerra, las crisis externas, entre otros factores. La gente huye debido a estas circunstancias. Y, sin embargo, no estamos teniendo el debate real que se necesita.
¿Qué conclusión saca con toda esa foto?No existe una solución a corto plazo, por más que ciertos grupos políticos la prometan. Simplemente, no hay una solución inmediata. Necesitamos buenos sistemas de asilo, necesitamos una política de asilo bien estructurada, y esto es fundamental, entre otras cosas, debido a nuestra historia alemana tan particular. También necesitamos leyes de inmigración claras, así como una migración cualificada. Necesitamos trabajadores capacitados, personas dispuestas a venir a trabajar a nuestro país.
Necesitamos buenos sistemas de asilo, necesitamos una política de asilo bien estructurada
¿Falta perspectiva social?Es un problema social porque la vivienda está vinculada a la migración y, por lo tanto, afecta a toda la sociedad. La vivienda es uno de los factores más divisivos, ya que está generando tensiones. No tenemos suficientes viviendas para todas estas personas, y la integración solo es posible si hay acceso tanto al empleo como a la vivienda. Y esto no aplica solo a los migrantes, sino también a la población local. En definitiva, necesitamos trabajo y vivienda para todos. Si logramos abordar este problema, podríamos debatir sobre el tema de una manera diferente, porque una cosa es segura: la economía alemana necesita a estas personas, necesita migrantes, porque necesitamos trabajadores cualificados. Y este no es un problema reciente, sino que llevamos décadas sin construir lo suficiente, simplemente porque no hay suficiente oferta de vivienda. Esto es un problema grave, independientemente del hecho de que la construcción sea ahora más cara que nunca.
Pero todo ese planteamiento pide inversiones.
Ningún país está preparado para recibir un millón de personas en un corto período de tiempo. Ya lo hemos vivido dos veces: una en 2015 y otra tras el ataque de Rusia a Ucrania, cuando nuevamente más de un millón de personas llegaron a nuestro país. Nadie puede gestionar adecuadamente, en tan poco tiempo, la integración de tantas personas según nuestros estándares. Es un esfuerzo enorme, y este esfuerzo no es una carrera de velocidad, sino un maratón. Es un problema a largo plazo. Debemos ser honestos: no existen soluciones mágicas como las que propagan los partidos populistas. Lo que prometen simplemente no es posible. Y puedo decirle a cada votante que, cuanto más simple parezca la respuesta a un problema complejo, más improbable es que sea cierta
Viendo esa delicada situación en Alemania, ¿ve a AfD como un socio factible con un Gobierno de derechas?
La AfD no es más que un partido de oportunistas, y eso se puede ver claramente en la manera en que imponen los temas de debate. La AfD solo utiliza ciertos temas para su propio beneficio, centrándose en aquellos que generan más miedo en la población. Juegan con los temores de la gente, aprovechan las preocupaciones existentes y hablan de cuestiones que generan ansiedad, pero no ofrecen soluciones sostenibles a largo plazo. Simplemente explotan el miedo sin proponer respuestas reales.
Y se abren además a un acercamiento a Rusia, ¿cómo lo analiza?Sí, de hecho por ejemplo la energía es otro ejemplo claro de esto que digo. La transición ecológica en Alemania es un proceso que requiere tiempo y planificación. Sin embargo, en lugar de trabajar en soluciones viables y responsables, lo que ellos proponen es retroceder y volver a comprar energía a Putin.




