#Mundo:González Laya, exministra de Exteriores: “Si Europa quiere ser actor en Ucrania, no puede quedarse lloriqueando en una esquina” #FVDigital

0
45


Arancha González Laya (San Sebastián, 1969) conoce como pocas personas las dinámicas internacionales. Fue ministra de Exteriores entre 2020 y 2021, reemplazando a Josep Borrell, y ahora mira desde otra ubicación lo que pasa en el mundo como decana de la Escuela de Asuntos Internacionales de SciencePo en París, puesto del que no se despega de la actualidad. Atiende a 20minutos para abordar el rol de España en el contexto actual, recordar su paso por el Gobierno, abordar el papel de la UE sobre Ucrania y Gaza, así como hablar de Venezuela o las relaciones con Marruecos, sobre las que no se moja.

Estos dos últimos temas, ya en clave nacional, estuvieron en el foco de su salida del Gobierno en el año 2021, cuando fue reemplazada por José Manuel Albares, que capitaneó junto a Sánchez el cambio de posición histórica de España respecto al Sáhara, con la aceptación del plan marroquí para la autonomía de la zona, en una decisión polémica que no comparten varios socios europeos aún a día de hoy.

¿Diría que es el momento más importante de la Unión Europea en los últimos años?

Estamos viviendo un momento en el que se está poniendo en cuestión las bases de funcionamiento de la UE. No es la ley, es el poder, no son las instituciones, son las transacciones, y no son las alianzas, sino que son, y no son los valores, sino que son puramente los intereses. Y entonces claro, esta onda que llega y que llega muy fuerte, sobre todo en estos últimos meses desde Estados Unidos, entra en colisión directa con las bases sobre las que se fundamenta la Unión Europea, y por eso es un momento difícil para la Unión Europea, porque tiene que reinventar su modelo.

¿Cómo ha de hacerlo?

La Unión Europea es un modelo de gestionar interdependencias a través de la ley, instituciones para anclar políticas, y valores además de intereses. Entonces tiene que reinventarse la Unión Europea para poder sobrevivir en este momento históricamente tan complicado, y para poder escribir su futuro. Vamos tema a tema.

Sobre el Gobierno español y como exministra, ¿entiende que tratase de liderar a Europa respecto a Gaza, casi en soledad, pero luego en el debate sobre la defensa la concepción que tengamos de seguridad sea muy diferente a la de los bálticos? Parece que no ‘compramos’ su mensaje…

Yo creo que España ha tenido una posición que ha sido enormemente coherente. Y yo creo que la coherencia hoy es un valor escaso que se reconoce mucho cuando se ejerce. Yo creo que España ha sido muy clara en su apoyo a Ucrania. Lo ha sido desde todo punto de vista, acogiendo refugiados ucranianos, contribuyendo a través de la financiación comunitaria, que también es española, y contribuyendo directamente como España, incluyendo en el sector de la defensa.

¿Pero ha faltado liderazgo?

No ha sido líder, pero ha sido claramente, se ha posicionado del lado de quien quería apoyar constantemente. Y ahí está el reconocimiento del propio pueblo ucraniano y de su presidente Zelenski, que ha sido también muy claro. Y España ha buscado ser coherente, buscando un poco, con un posicionamiento similar en otro conflicto, donde igual ha sido un poco más líder, porque había menos, en eso había menos expresión clara por parte de estados de la Unión Europea. Lo ha hecho también con otros países, lo ha hecho con Irlanda, lo ha hecho con Bélgica, lo ha hecho con Eslovenia, lo ha hecho con Noruega, que no está en la Unión Europea, pero que desde este punto de vista también, posicionándose del lado de la búsqueda del respeto también del derecho internacional. España está mostrando una posición coherente en política exterior.

¿Ha entendido el giro que dio el Gobierno sobre el Sáhara o la política hacia la Venezuela de Maduro?

Yo sobre las decisiones que toma el Gobierno, sobre todo el Gobierno al que yo he pertenecido y sobre todo en temas tan sensibles, evito pronunciarme porque me parece que es lo correcto desde un punto de vista deontológico.

¿Ve pronto unas elecciones generales en España con todo lo que está pasando?

Los franceses tienen una expresión que a mí me gusta mucho utilizar, que es cuando me miro me desolo, cuando me comparo me consuelo. En España veo unas lamentaciones increíbles y unas expresiones muy altisonantes de desencanto que no se corresponden con lo que se dice de España cuando se está fuera. Creo que necesitamos también como españoles ser un poquito conscientes de las cosas que se están haciendo bien, que son muchas y que otros envidian.

La Audiencia de Zaragoza archiva el caso Ghali para la exministra González Laya

Arancha González Laya

  • Exministra de Exteriores (2020-2021)

Arancha González Laya (San Sebastián, 1969) es la actual decana de la Escuela de Asuntos Internacionales de SciencePo en París. Entre 2020 y 2021 fue ministra de Exteriores en el Gobierno de Pedro Sánchez. Antes ocupó el cargo de Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional, una agencia conjunta de las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio, desde agosto de 2013 hasta enero de 2020.

¿Y qué diría que se está haciendo mal? Casos de corrupción, fiscal general, división política…

Te podría interesar:

Hay una tendencia general en España como en otros lugares a buscar, insistir en las cosas que no funcionan, en insistir en los errores, buscando con eso desgastar al oponente. Y es que la mejor manera para desgastar al oponente no es simplemente con dar la matraca con lo que no va bien, sino es buscar poner sobre la mesa una alternativa. Y ahí es donde yo veo que los límites de este ejercicio. Lo veo en España: la crítica constante cuando no viene acompañada de una propuesta alternativa sirve para eso, para criticar, pero no sirve para gobernar.

Volviendo a lo más actual, ¿qué le parece el plan de paz de Trump?

Creo que hay que partir de la base de que es un plan para un alto el fuego, pero no se puede hacer sin contar con la parte a la que se está atacando. Me parece que es muy loable que Estados Unidos quiera mediar entre las partes para encontrar un alto el fuego. Me parece que es importante. Yo creo que la Unión Europea en eso estaría 100% con Estados Unidos, pero hay que ser muy claro, esto no puede funcionar si se hace a espaldas de Ucrania.

¿Tiene la sensación, que igual es compartida entre los que seguimos el tema día a día, que al final hemos ido a un escenario de dos bandos, Estados Unidos y Rusia, buscando una cosa, y Ucrania y Europa, OTAN, buscando otra?

El problema aquí es que EEUU está en la OTAN. Pero quiero pensar que aquí lo que vemos, como en Gaza y ahora en Ucrania, es el deseo de Trump de querer ser artífice de acuerdos de paz allí donde hay conflicto. Y hasta ahí, yo creo que Europa estaría totalmente del lado del presidente estadounidense.
Lo que pasa es que para llegar a estos acuerdos hay que contar con todas las partes implicadas en el conflicto.

¿Ve fundamental el hecho de que la Unión Europea consiga, bueno, los Estados miembros consigan dar el paso del uso de los activos rusos para la reconstrucción de Ucrania?

Si realmente Europa quiere ser un actor, necesita demostrar que está a la altura. Y se es actor cuando se toman decisiones. Y no se es actor cuando simplemente se queda uno en una esquina quejándose o lloriqueándose.
Y esa es la lectura que yo hago. Es que Europa, el futuro de Europa lo puede escribir Europa. No se lo tiene que escribir nadie, pero para eso Europa tiene que tomar decisiones. Y estar constantemente en una indefinición o en una incapacidad de tomar decisiones, pues llevará a que el futuro de Europa lo escriban otros.

Da la sensación, en general, de que Trump quiere cerrar rápido el capítulo de Ucrania para centrarse en otras zonas, véase Venezuela. ¿Lo comparte?

La llegada de esta administración a la Casa Blanca parecía venir acompañada de un cierto desentendimiento de las cuestiones internacionales, sin embargo vemos, esto era un poco el programa MAGA, era concentrarse en resolver los problemas de las fronteras de Estados Unidos y sin embargo hemos visto una enorme actividad por parte de Trump para involucrarse en todo tipo de conflictos. Lo hizo entre República Democrática del Congo y Ruanda, lo hizo entre Camboya y Tailandia, lo hizo entre Armenia y Azerbaiyán, lo ha hecho claramente en Gaza. Está buscando hacerlo en Sudán y lo está intentando desplegar también en Ucrania y evidentemente está desplegando un intento de influencia sobre el devenir de Venezuela, aunque la situación es distinta porque en Venezuela porque se trata de un conflicto interno. Pero no creo que sean cuestiones aisladas unas de otras, sino una línea de puntos que hay que unir.

¿Y qué tiene que hacer el Gobierno español?

España está con Portugal muy claramente por traducir esta ambición europea de estrechar alianzas con todas las zonas del mundo y lo ha estado empujando muy claramente con América Latina. Yo creo que una de las recetas a las que tiene que aplicar la Unión Europea es estrechar relaciones con otras zonas del mundo y yo creo que sin duda América Latina y el Caribe es una parte del mundo donde Europa tiene mucho que estrechar y mucho con lo que trabajar.

Eso implica cerrar ya del todo el acuerdo UE-Mercosur

Yo, que en una vida anterior participé en la negociación de este acuerdo, espero con gran interés que se firme este acuerdo a finales de este año porque así es como traducimos mensajes y posturas y posicionamientos con hechos concretos y esto sería un hecho concreto muy importante para afianzar la relación entre Europa y América Latina y el Caribe.

Visto lo visto, ¿se ha convertido el comercio en un arma política?

Hay que ser cuidadosos aquí con el análisis. Tenemos muy claro que Estados Unidos ha decidido salirse del consenso internacional que supone las reglas de la Organización Mundial de Comercio y ha sido muy claro con respecto a eso y ha sido muy claro en su deseo de utilizar el comercio como un arma para conseguir beneficios comerciales con otros países, para conseguir atraer o forzar la inversión extranjera a que venga a Estados Unidos y también para conseguir objetivos políticos más amplios como puede ser el caso de Brasil.
Pero también hemos visto, mientras esto ocurría, que el 87% restante del comercio internacional que es el resto del mundo, no quiere eso, no quiere seguir esa vía. Quiere seguir la vía de unas relaciones comerciales sujetas a reglas.



Source link