¿Cómo puede ser que Cristiano Ronaldo aparezca en el centro de una operación de espionaje que ha sido desvelada? El asunto tiene años pero ha sido descubierto ahora: espías rusos que fueron arrestados en 2011 utilizaron vídeos del millonario futbolista para enviar mensajes cifrados a Moscú. Se trataba de comentar los goles del portugués. De ese modo ha salido a la luz el caso de una pareja de espías que operó desde Alemania durante décadas.
Se hacían llamar Andreas y Heidrun Anschlag y eran un matrimonio más de Marburgo, un pueblo al norte de Fráncfort, en Alemania. Eran de origen sudamericano (eso decían ellos) y tenían pasaportes austriacos (luego se supo que falsos). Él trabajaba como ingeniero en una empresa automovilística y ella se ocupaba del hogar y cuidaba a su hija (que no sabía nada de la verdad de sus padres).
Eran una familia más. El periodista Mika Beuster, que le ha seguido la pista a este asunto, cuenta que sólo había una cosa llamativa y distinta en ellos: “Hacían largas llamadas telefónicas en el jardín, incluso en pleno invierno”. Claro, porque los Anschlag eran espías rusos. Y bien pagados: recibían un salario anual de unos 90.000 euros.
De los ‘dead drops’ a YouTube
Fueron reclutados antes de la caída del Muro de Berlín, en 1989, y operaron durante 23 años, informa The Sun. Pasaron a los servicios de inteligencia soviéticos y, posteriormente, rusos miles de documentos clasificados de la OTAN, la UE y la ONU. Su labor se vio interrumpida al salir a la luz una de sus fuentes.
Se descubrió que un funcionario del Ministerio de Exteriores de Países Bajos les había estado suministrando información clasificada. Usaban el método conocido como dead drops (puntos muertos): el topo dejaba memorias USB en lugares ocultos para que los Anschlag las recogieran y luego transmitieran su contenido al Kremlin. De ese modo nunca tenían contacto directo.
Lo habitual era que Andreas y Heidrun se comunicaran con Moscú a través de transmisiones de radio y enlaces satelitales. Pero 23 años dan para mucho y para muchos métodos. En un momento dado, empezaron a utilizar redes sociales y plataformas digitales de uso común.
En 2011, ellos y sus jefes crearon sendas cuentas en YouTube. El nombre de usuario de los Anschlag era @Alpenkuh1 (“vacaalpina1”) y el de los cuarteles de la inteligencia rusa @crsitanofootballer. Aquí, con ese nombre trastocado, comienza la aparición del futbolista portugués (sin él saberlo, por supuesto).
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¿Qué es la criptología?
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La palabra viene del griego ‘kryptós’ (oculto) y ‘logos’ (estudio) y designa la disciplina que se dedica al estudio de la escritura secreta. Se refiere al estudio de los mensajes que, procesados de cierta manera, se convierten en difíciles o imposibles de leer por entidades no autorizadas. Si las entidades, los espías y sus mandos, que se comunican quieren ocultar la información, suelen recurrir a técnicas criptológicas. A la contra, para descifrar lo oculto se usan técnicas de criptoanálisis y de estegoanálisis.
‘¡Genial vídeo, y la canción es increíble!’
Los detalles de cómo usaron YouTube y los vídeos de Ronaldo para comunicarse lo aporta el excorresponsal de la BBC, Gordon Corera, en su libro Russians Among Us (‘Rusos entre nosotros’, libro del que la CIA hace este resumen). Básicamente, utilizaron los comentarios de los vídeos de partidos del exdelantero del Real Madrid para intercambiar mensajes cifrados.
“YouTube proporcionó una nueva forma de comunicación encubierta. La pareja y los agentes de la KGB crearon cuentas con meses de diferencia y publicaron comentarios en vídeos de Cristiano Ronaldo, la estrella del Real Madrid [lo era entonces]”, detalla Corera.
“Los Anschlags dejaban comentarios aparentemente inofensivos como: ‘¡Genial vídeo, y la canción es increíble!’. En respuesta, la cuenta vinculada al Kremlin respondía: ‘Corre y juega como un demonio'”, relata el periodista. Los investigadores creen que estos comentarios contenían patrones de puntuación predeterminados que funcionaban como mensajes cifrados que sólo Moscú podía entender.
Detenidos y deportados
La pareja de espías estuvo bajo vigilancia de la inteligencia alemana durante meses. En octubre de 2011 fueron detenidos en su casa. Heidrun fue sorprendida recibiendo una transmisión codificada a través de un transmisor de radio.
En julio de 2013, un tribunal alemán les condenó a ambos: Andreas a seis años y medio de prisión, y Heidrun a cinco años y medio. Poco tiempo estuvieron entre rejas porque a finales de 2015, los Anschlag fueron liberados y deportados a Rusia en un intercambio. Peor le fue al funcionario topo, al que le cayeron 12 años de cárcel.