
Tras ganar las elecciones en 2024, Donald Trump habló de la “época dorada” que llegaba para su país. Y a una época dorada le corresponden barcos de guerra igualmente dorados. El presidente de Estados Unidos ha ordenado la construcción de dos nuevos buques de guerra “cien veces más poderosos que cualquier buque de guerra jamás construido”. Serán parte de la llamada “flota dorada” y llevarán su nombre, el de Trump.
Más allá de la grandilocuencia y el narcisismo de Trump, lo cierto es que la alarma sonó en Washington antes incluso de que él llegara a sentarse de nuevo en el Despacho Oval. En octubre de 2024, un informe de la Marina estadounidense y la Oficina de Inteligencia Naval (ONI) dio la voz de alarma. China había superado a EEUU en número de buques de guerra. El informe, además, señalaba que la capacidad de producción naval china era 232 veces mayor.

Esa, la amenaza naval china, es la idea que está tras el anuncio: que EEUU necesita más y mejores barcos de guerra. “Vamos a restaurar a Estados Unidos como una importante potencia de la construcción naval. Vamos a asegurar que Estados Unidos sea la flota más poderosa del mundo”, dijo Trump este lunes.
Vamos a asegurar que Estados Unidos sea la flota más poderosa del mundo”
El Secretario de la Marina, John C. Phelan, comparte el entusiasmo. “El presidente ha sido claro: debemos recuperar nuestro poderío industrial marítimo estadounidense, y me ha reiterado en repetidas ocasiones que mi labor es equipar a nuestros marineros para que ganen la batalla en el mar con los mejores buques de nuestra historia”, declaró Phelan.
Para eso EEUU va a lanzar la clase Trump o clase Defiant, una clase de acorazados con misiles guiados. Se espera que este tipo de buques agregue una opción de misil de crucero con capacidad nuclear a la flota de superficie de la Armada estadounidense.
“El Iowa fue diseñado para atacar con los cañones más potentes, y eso es precisamente lo que definirá a los acorazados de clase Trump: potencia de fuego ofensiva con los cañones más potentes de nuestra era“, asegura Phelan. El jefe de la Marina estadounidense lo ha explicado con esta metáfora: “Este barco no solo está para aplastar las flechas. Va a alcanzar y aniquilar a los arqueros”.
Láseres y armas hipersónicas
Según detalla la propia Navy, el futuro USS Defiant (BBG 1) será el primer acorazado de la clase Trump, “con la capacidad de distribuir más potencia de fuego a toda la flota que cualquier otra clase de buque, para cualquier Armada, en la historia”. Inicialmente, se construirán dos de estos acorazados, pero con el tiempo serán una veintena.
Esa “flota dorada” (que ya tiene página web) de la que habla Trump contará con armas hipersónicas y láseres de alta potencia. Además, transportará misiles de crucero nucleares lanzados desde el mar, actualmente en desarrollo.
Los nuevos clase Defiant serán la pieza central de la iniciativa de la llamada “flota dorada”. Según la Armada de EEUU, serán los primeros acorazados de su tipo en ofrecer “una potencia de fuego dominante y una ventaja decisiva sobre los adversarios al integrar las armas de ataque profundo más avanzadas de la actualidad con los sistemas revolucionarios de los años venideros”.
Con el triple de tamaño que un destructor de la clase Arleigh Burke, (155 metros de eslora), el enorme armazón del futuro acorazado clase Trump proporcionará una potencia de fuego superior, depósitos de misiles más grandes y la capacidad de lanzar misiles hipersónicos de Ataque Rápido Convencional y el Misil de Crucero de Lanzamiento de Superficie-Nuclear.
Especificaciones de la clase Trump
- Eslora: 250-260 m
- Manga: 32-35 m
- Calado: 7,3-9,1 m
- Desplazamiento: >35.000 toneladas
- Velocidad: +30 nudos
- Tripulación: 650-850 personas
- Tamaño de la clase: 20-25 buques
Armamento
- Batería principal:
– Misil de crucero de lanzamiento de superficie-nuclear (SLCM-N)
– CPS de 12 celdas
– VLS Mk 41 de 128 celdas - Batería secundaria:
– 1 cañón de riel de 32 MJ con HVP
– 2 cañones de 5″ con HVP
– 2 láseres de 300 kW o 2 de 600 kW - Batería defensiva:
– 2 lanzadores RAM
– 4 cañones de 30 mm
– 4 láseres ODIN
– 2 sistemas antisubmarinos
Según detalla la Armada, la clase Trump podrá operar en una función tradicional de Defensa Aérea y Antimisiles Integrada con un Grupo de Ataque de Portaaviones o al mando de su propio Grupo de Acción de Superficie para operaciones de Guerra de Superficie y Antisubmarina. Además , podrá realizar fuegos estratégicos hipersónicos de largo alcance y liderar las operaciones de toda una flota como nodo central de control y mando.
Trump, en plena racha narcisista
- El presidente de EEUU se encuentra actualmente en lo que los críticos describen como una racha narcisista, cuenta el diario The Guardian. A principios de este mes, su administración renombró el Instituto de la Paz de EEUU en Washington con su nombre. La semana pasada, la junta directiva del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas en Washington, designada por Trump, votó a favor de cambiarle el nombre a Centro Trump-Kennedy y se le añadió un cartel, a pesar de que la medida requería la autorización del Congreso. Ahora, los barcos. Las clases de acorazados anteriores solían llevar el nombre de estados de EEUU, pero Trump ha preferido imponer el suyo. Algunos portaaviones sí llevan nombres de expresidentes al nombrar portaaviones. En enero, la Armada anunció que dos futuros portaaviones se llamarán USS William J. Clinton y USS George W. Bush.
Trump, asesor de diseño náutico
La Armada va a liderar el proyecto de los acorazados de la clase Trump para acelerar el diseño y la construcción. Lo hará, explica la propia Navy, con el apoyo de más de mil proveedores en casi todos los estados de EEUU. Y el de Trump, porque el presidente quiere aportar su buen gusto estético. “La Marina liderará el diseño de estos barcos junto conmigo porque soy una persona muy estética”, aseguró el presidente según cita la CNN.
La Marina liderará el diseño de estos barcos junto conmigo porque soy una persona muy estética”
No será primera vez. En su primer mandato cuestionó la adopción de sistemas electromagnéticos para lanzar aviones desde los portaaviones y defendió tecnologías más tradicionales. En 2020, en una visita a un astillero, Trump aseguró haber intervenido directamente en el diseño de una fragata que posteriormente fue cancelada.
Los grandilocuentes planteamientos de Trump contrastan con la situación reciente de la Armada. Hace solo semanas, según informa AP, el Pentágono decidió cancelar un programa para construir un nuevo buque de guerra pequeño, debido a retrasos prolongados y costos que se dispararon, optando en su lugar por adaptar un diseño de guardacostas ya existente.
A esto se suman los problemas para cumplir plazos y presupuestos en otros proyectos estratégicos, como los portaaviones de la clase Ford y los submarinos de la clase Columbia, lo que ha generado dudas sobre la capacidad del sector naval para asumir desarrollos aún más complejos. Por todo ello, Trump criticó a las actuales empresas que se dedican a la construcción de naves para la Armada porque, según él, “no están haciendo un buen trabajo”.



