
El ya ex primer ministro francés, François Bayrou, ha presentado este martes su dimisión ante Emmanuel Macron tras perder el lunes la moción de confianza contra su Gobierno, que ha caído en bloque. Mientras, el presidente ya busca a su sustituto, que será anunciado “en los próximos días”, tal como anunció el inquilino del Elíseo. Macron renuncia de esta manera al reclamo de la mayoría del arco parlamentario para que convoque elecciones legislativas anticipadas en un país bloqueado políticamente y sumido en una profunda crisis institucional y económica, con grandes protestas ciudadanas convocadas para este miércoles bajo el lema “Bloqueemos todo”.

Lo que pasó el lunes se veía venir. Bayrou aseguró que el mayor riesgo que corre Francia ahora mismo es “seguir sin cambiar nada”, porque la crisis que atraviesa el país tiene pocos precedentes. “He elegido dirigirme a ustedes como si el destino no estuviese escrito, como si la respuesta de la Asamblea Nacional no hubiese sido anunciada por todos”, reconoció, dando por sentada su caída. Ahora Francia busca su quinto primer ministro en tres años tras dos gobiernos muy breves: el de Michel Barnier, que duró 90 días, y el de Bayrou, que ha tenido que renunciar tras solo nueve meses en el cargo.
Pero que los números no le dieran no impidió que lanzase un diagnóstico muy negativo de la Francia actual. “Es una hemorragia silenciosa, insoportable”, espetó a los diputados, consciente desde el minuto cero de que tenía a la mayoría en su contra. Además, afeó que el país lleva años con una “adicción” al gasto público que tiene que resolver. “Gastamos, pero nunca retrocedemos. Se ha convertido en un reflejo y, peor aún, en una adicción. Nos hemos acostumbrado a financiar con crédito los gastos ordinarios del país, los gastos de nuestra vida diaria, los servicios públicos, las pensiones y el pago de las cotizaciones a la seguridad social”, lamentó.
Ahora Francia vuelve al principio del camino y son los socialistas los que reclaman el poder en una cohabitación -presidente y primer ministro de distinto campo ideológico- a la que Macron ha renunciado hasta ahora, pero que puede haber pasado a ser una posibilidad real. “Ha llegado el tiempo de coexistir”, ha pedido el líder del PS, Olivier Faure, quien ha dicho que los suyos “tienen que reclamar” ahora el cargo de primer ministro, aunque recela de lo que pueda hacer el presidente y reconoció al mismo tiempo que Macron no le llamó tras la caída del Gobierno. De momento, han ido sonando varios nombres que van desde el propio Faure a un largo listado de ‘macronistas’ como el ministro de Justicia Gérald Darmanin, el de Defensa Sébastien Lecornu, el de Economía Éric Lombard, independientes como Jean-Louis Borloo o incluso la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet.
Optar por alguien de su confianza supondría un tercer intento sobre lo mismo, después de los fracasos de Barnier y Bayrou, aunque parece que la única línea roja para Macron sigue siendo que no llegará a Matignon una figura de la Francia Insumisa, el partido de Jean Luc Melenchon. El propio Melenchon, igual que la ultraderecha de Marine Le Pen han dejado claro que no quieren a Faure al frente del nuevo Ejecutivo. Los Verdes, por su parte, también quieren una “cohabitación” y la ven como la única salida posible a la parálisis actual.
Agrupación Nacional, de hecho, tiene claro que el único paso posible son las elecciones anticipadas. “No son un capricho, sino un instrumento democrático”, aseguró la propia Le Pen ya el lunes durante el debate de la moción; en esa misma línea se pronunció este martes el otro líder de la formación, Jordan Bardella. “Si no recuperamos de una forma u otra el apoyo del pueblo francés no veo cómo podría surgir algo saludable“, apuntó, en una petición por la “estabilidad” y no por un nuevo intento de formar Gobierno con una Asamblea Nacional tan dividida. RN tampoco votará a favor, añadió Bardella, de un nuevo Ejecutivo “del bloque centrista”, como los dos anteriores: “Tenemos que acabar con el macronismo”.
Hay que dar un giro al método y hablar del qué antes que del quién
Ese centrismo es al que apeló precisamente Gabriel Attal. El también ex primer ministro y mano derecha de Macron pide “un negociador” y una una mera figura que ocupe el puesto para los próximos 18 meses, es decir, hasta las presidenciales de 2027. “Tras la caída de Michel Barnier y François Bayrou, hay que dar un giro al método y hablar del qué antes que del quién. Eso es lo que permitirá estabilizar en la Asamblea Nacional una base que nos permita llegar hasta las elecciones presidenciales de 2027″, resumió este martes en redes sociales. Ahora la pelota vuelve a estar en el tejado de Macron, que despejará pronto la incógnita de qué nombre llevará su nuevo intento para devolver a Francia a la certidumbre.


