A los 10 años, María Fernández no sabía lo que era un abogado, pero lo que sí sabía era que no quería volver a pasar por la situación de abuso que una vez pasó su familia.
Su padre, que había llegado de España, era mecánico de autos, y en una ocasión le robaron el carro de la calle donde la familia vivía en El Bronx. Cuando fue a reclamar el pago al seguro, le dijeron que no tenía todos los papeles en regla y la empresa aseguradora se negó a indemnizarlo.
Alguien le dijo que había un abogado afiliado a la iglesia a la que asistía la familia que lo podía ayudar. El papá lo buscó y le pagó para que llevara el caso pero no pasó nada. Al parecer, el abogado estaba coludido con la aseguradora.
“Desde ese momento yo decidí que nunca más iba a estar en una situación en la que no entendía mis derechos, los derechos de mi familia y los derechos de otros”, dijo María. “A los 10 años no sabía lo que era un abogado, pero yo quería ser abogada”.
María lo cumplió. Pero no solo estudió la carrera de abogacía, sino que obtuvo su doctorado de la prestigiosa escuela de leyes de la Universidad de Cornell.
Después de trabajar por 18 años en la empresa IBM y en otras corporaciones, fue nombrada hace diez meses Subsecretaria de Educación de la oficina de la Gobernación de Nueva York.
Entre sus funciones está liderar el avance de la agenda de educación de la gobernadora desde kínder a doceavo grado, supervisar la gestión de proyectos, el presupuesto y la comunicación para las instituciones educativas del estado de Nueva York. También está a cargo de administrar el gasto del segundo presupuesto más grande del estado.
Esta es la primera vez que una latina ocupa este puesto.
“Creo que llegué aquí porque toda mi vida la educación ha sido muy importante”, dijo. “Mi mamá tomó el GED [diploma de educación general] cuando yo tenía como 16 años, fuimos un año juntas al colegio”.
Lo que la motiva es saber que en Nueva York, a pesar de que se gasta más en los estudiantes que en otros estados, todavía hay niños que no saben leer, que no saben matemáticas, que no se gradúan.
“Estos problemas siguen existiendo”, dijo. “Y yo quiero ser parte de la solución porque para mí el concepto de equidad es algo muy importante”.