En ocasiones, la vida puede tomar un giro inesperado y presentarnos desafíos que nunca imaginamos enfrentar. Tal es el caso de Sherri Moody, una valiente mujer de Texas, Estados Unidos, quien perdió sus brazos y piernas debido a una infección que comenzó con un simple resfriado. Esta trágica historia nos enseña la importancia de estar alerta ante los síntomas inusuales y buscar atención médica adecuada cuando sea necesario.
Los primeros síntomas
En junio de 2023, Sherri Moody, una maestra de 51 años, comenzó a sentirse mal después de acompañar a sus estudiantes en una excursión. Al principio, pensó que solo se trataba de un resfriado común, pero con el tiempo, su fiebre aumentó considerablemente y comenzó a experimentar problemas respiratorios graves. Preocupado por su estado, su esposo la llevó al hospital.
Después de un examen exhaustivo, los médicos diagnosticaron una neumonía doble causada por una bacteria llamada estreptococo, que suele estar presente en la garganta y la piel. Aunque estas infecciones son poco comunes, pueden ser graves. En el caso de Sherri, la bacteria desencadenó una septicemia, una respuesta del cuerpo a una infección, que finalmente condujo a un shock séptico, la fase más grave de la septicemia caracterizada por una peligrosa caída de la presión arterial.
La amputación de brazos y piernas
Después de dos días en el hospital, los pulmones y los riñones de Sherri comenzaron a funcionar mal debido al shock séptico. Tuvo que ser colocada en un coma inducido y recibir tratamientos con potentes medicamentos vasopresores para mantener su presión arterial en un nivel bajo. Desafortunadamente, Sherri también estaba tomando medicamentos para tratar su artritis reumatoide, los cuales, sin saberlo, suprimían su sistema inmunológico y la volvían más susceptible a las infecciones.
Debido a la gravedad de su estado, los médicos tuvieron que utilizar medicamentos potentes para mantener la circulación sanguínea hacia los órganos vitales, lo que resultó en la interrupción del flujo sanguíneo hacia sus extremidades. Como resultado, Sherri tuvo que someterse a la amputación de sus piernas por debajo de las rodillas y, un mes después, a la amputación de sus brazos por debajo de los codos. Desafortunadamente, este procedimiento no puso fin a su sufrimiento, ya que requirió varias cirugías de seguimiento y un período de rehabilitación de varios meses.
Las complicaciones persistentes
La vida después de la amputación ha presentado numerosos desafíos y una larga fase de rehabilitación para Sherri Moody. En la actualidad, requiere cuidados de enfermería especializados para sus heridas, así como consultas médicas regulares. A pesar de todas las dificultades, Sherri ha mantenido una actitud positiva y ha buscado todas las recursos disponibles para su recuperación.
La familia de Sherri ha creado un grupo en Facebook y una página de GoFundMe para recaudar donaciones y apoyar sus gastos médicos y futuras operaciones. Ella está decidida a seguir luchando y recuperar una vida lo más normal posible.
Esta historia nos recuerda las graves consecuencias que puede tener una infección aparentemente benigna. Destaca la importancia de estar alerta ante los síntomas inusuales y buscar atención médica rápida en caso de necesidad. Esperamos que Sherri continúe su proceso de recuperación y encuentre el apoyo necesario para reconstruir su vida.
Si deseas brindar tu apoyo a Sherri y su familia, puedes visitar su página de GoFundMe o unirte a su grupo en Facebook.
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