Una megaoperación policial en los complejos de favelas de Alemão y Peña, en la Zona Norte de Río de Janeiro, dejó unos 64 muertos este martes y se ha convertido en la acción más letal en la historia de esa ciudad, que vivió … un día de guerra. La incursión, dirigida contra la facción criminal Comando Vermelho (CV), desencadenó un violento enfrentamiento, con un número de heridos en ascenso y la detención de más de 100 personas. La acción, superó el número de muertos de la operación en Jacarezinho, otras masacre que dejó 28 muertos en 2021.
La ofensiva, llamada ‘Operación Contención’ comenzó en la madrugada, con el despliegue de al menos 2.500 agentes de las policías Militar y Civil, apoyados por helicópteros, vehículos blindados y de demolición, para cumplir un centenar de órdenes de prisión y fue una iniciativa liderada por el gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, que asumió la responsabilidad de la acción como un plan frenar el avance territorial de esa facción en el estado. La operación, que según Couto, es resultado de un año de investigación, busca capturar a líderes del CV no solo de Río, sino también de otros estados del país.
«Lo que estamos enfrentando ya no es un delito común, es narcoterrorismo. Los delincuentes están utilizando tecnología bélica: drones, bombas y armamento pesado. Pero el Estado está preparado», declaró Castro. El municipio de Río de Janeiro entró en la fase 2 de alerta, lo que significa que existe riesgo de que se produzca un incidente de gran impacto.
Respuesta de guerra
Los traficantes reaccionaron inmediatamente, con tiroteos, barricadas en llamas y el uso de drones para lanzar explosivos contra las fuerzas de seguridad, en una respuesta que convirtió el terreno en un área de guerra, con impacto para la población que vive en el área. Escuelas, hospitales y el transporte público fueron paralizados.
La reacción de los narcotraficantes se extendió rápidamente a otras zonas de la ciudad afectando vías importantes de tránsito como la Línea Amarilla Amarela, la Grajaú-Jacarepaguá y la Rua Dias da Cruz, en el barrio Méier. La magnitud de la violencia hizo que la Policía Militar suspendiera sus actividades administrativas para poner a todo su efectivo en la calle. Vídeos virales de la zona de conflicto muestran la brutalidad de los enfrentamientos, con casi 200 disparos por minuto, en medio del humo.
Entre las víctimas fatales hay cuatro policías: Marcus Vinícius Cardoso de Carvalho, conocido como ‘Máskara’ y recién ascendido a jefe de investigación de la 53ª Comisaría; Rodrigo Velloso Cabral, de la 39ª Comisaría; y dos policías del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), Cleiton Searafim Gonçalves y Herbert.
Críticas a la acción
«Una operación policial que se salda con la muerte de más de 60 residentes y policías es una enorme tragedia. La Fiscalía debe iniciar sus propias investigaciones y esclarecer las circunstancias de cada muerte. También debe investigar la planificación y las decisiones del mando policial y de las autoridades de Río que llevaron a una operación que fue un desastre«, declaró César Muñoz, director de Human Rights Watch en Brasil, sobre la Operación Contención en las favelas este martes.
«La sucesión de operaciones letales que no redundan en una mayor seguridad para la población, sino que, de hecho, causan inseguridad, revela el fracaso de las políticas de Río de Janeiro. Río necesita una nueva política de seguridad pública que deje de estimular los enfrentamientos que victimizan a residentes y policías«, agregó Muñoz, quien defiende un trabajo de investigación con datos precisos y uso de inteligencia y peritajes de calidad sobre la actividad delictiva, que desarticulen el tráfico de armas, el lavado de dinero y los vínculos entre los grupos delictivos y los agentes del Estado.
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Según la prensa local, una investigación del Ministerio Público de Río de Janeiro (MPRJ) destapó que el Complejo de Peña se ha convertido en una base estratégica para el proyecto expansionista del Comando Vermelho hacia otras regiones de Río.
La fiscalía también destacó la estructura jerárquica en que los cabecillas emiten órdenes sobre la comercialización de drogas, determinan las escalas de los criminales en los puntos de venta de droga y de monitorización y ordenan ejecuciones de individuos que contraríen sus intereses. La acción judicial denunció 67 personas por asociación al narcotráfico, además de tres acusados de tortura.
El gobernador de Río, Cláudio Castro, enfatizó que la acción busca «capturar liderazgos criminales del Río y de otros estados, además de impedir la expansión territorial de la mayor facción del estado, el Comando Vermelho». Castro criticó la falta de apoyo del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, pero más tarde se disculpó por esa evaluación, tras conocer declaraciones del ministro de Justicia Ricardo Lewandowski, con datos sobre investigaciones conjuntas.
La operación de ‘Contención’ contra el Comando Vermelho (CV), la más letal en la historia de Río de Janeiro, pone en el foco de nuevo la sangrienta trayectoria de la mayor facción criminal del estado. Fundado en 1979 en la cárcel de Ilha Grande, el CV ha evolucionado desde una organización de apoyo mutuo entre presos hasta convertirse en una poderosa organización criminal, con un estimado de 50.000 miembros combatientes activos y presencia que trasciende las fronteras de Brasil hacia países como Paraguay, Bolivia y Perú.