Muere Mario Vargas Llosa autor de La fiesta del Chivo

0
48


Redacción. -El reconocido escritor peruano Mario Vargas Llosa falleció este domingo en Lima, según confirmaron sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana a través de un comunicado oficial. Nacido en Arequipa el 28 de marzo de 1936, el laureado autor, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010, acababa de cumplir 89 años. Considerado una figura clave de la literatura moderna a nivel global, fue autor de novelas emblemáticas como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La fiesta del Chivo.

Vargas Llosa no solo fue novelista, sino también ensayista, articulista, académico y polemista. Su legado lo consagra como uno de los más grandes narradores e intelectuales clásicos, de aquellos que se formaron antes del auge de las redes sociales.

“Su pérdida causará dolor entre familiares, amigos y lectores, pero confiamos en que encontrarán consuelo, como nosotros, en el hecho de que vivió una vida larga, intensa y productiva, dejando una obra que lo trasciende”, expresa el comunicado. Los hijos informaron también que no se llevará a cabo una ceremonia pública, conforme a su voluntad, y que sus restos serán incinerados en un acto privado.

En octubre de 2023, el autor publicó su última novela, Le dedico mi silencio, una obra que marcó su despedida oficial de la ficción. Dos meses después, también se retiró del periodismo de opinión, finalizando su colaboración con EL PAÍS, donde durante más de tres décadas escribió su influyente columna Piedra de toque. A través de ella expresó su incansable curiosidad intelectual y su compromiso con los debates sociales y políticos del momento.

Vargas Llosa fue siempre una figura polémica por su combinación de posturas: moralmente liberal, pero económicamente neoliberal, lo que provocaba tanto admiración como críticas incluso entre sus lectores más fieles.

Durante años, se consideró que sus posiciones políticas conservadoras eran la razón por la cual el Nobel tardó en llegarle. Sin embargo, en 2010, cuando ya no era candidato habitual, la Academia Sueca lo sorprendió con la noticia de su selección, destacando su capacidad para describir con precisión las dinámicas del poder, así como los actos de resistencia, rebeldía y derrota individual.

Desde que debutó a los 23 años con Los jefes (1959), nunca dejó de escribir. Aunque al momento del Nobel ya no publicaba obras tan impactantes como antes, su novela La fiesta del Chivo (2000) representó su gran retorno al género, abordando la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Esta obra lo posicionó junto a autores como García Márquez, Asturias y Roa Bastos en el retrato literario de las dictaduras latinoamericanas.

Fue un actor esencial del llamado “boom” de la literatura latinoamericana. Con apenas 27 años, ganó el premio Biblioteca Breve con La ciudad y los perros, inspirada en su adolescencia en el Colegio Militar Leoncio Prado, adonde lo envió su padre tras reaparecer inesperadamente en su vida.

Ese reencuentro con su autoritario padre marcó el fin de su niñez tranquila y fue el punto de partida de sus memorias, El pez en el agua, publicadas en 1993, tres años después de perder las elecciones presidenciales frente a Alberto Fujimori. En este libro, alterna su formación literaria con el relato de su incursión política frustrada.

Durante su juventud, París fue un destino clave, donde vivió una etapa de crecimiento personal y literario. Fue en Londres, sin embargo, donde se consolidó como escritor profesional gracias al apoyo de su agente, Carmen Balcells, quien le propuso mudarse a Barcelona para dedicarse exclusivamente a la literatura. Allí convivió con figuras del mismo calibre, como Gabriel García Márquez, con quien mantuvo una amistad que terminó abruptamente tras un conflicto nunca esclarecido.

Vargas Llosa fue un ciudadano del mundo: vivió en Lima, Madrid, Londres, París y Barcelona. Admirador de Flaubert y de Sartre en sus inicios, con el tiempo migró hacia el liberalismo político, influenciado por pensadores como Karl Popper e Isaiah Berlin. Rompió con la revolución cubana tras el caso Padilla en 1971 y abrazó posturas ideológicas liberales en lo político y neoliberales en lo económico, defendiendo figuras como Margaret Thatcher.

En tono de anécdota, solía recordar cómo su abuela definía a los liberales como aquellos que no asistían a misa y se divorciaban. En una de sus últimas entrevistas, reconoció que para él la familia representaba el orden, pero que su vida había sido siempre una aventura. Tuvo relaciones sentimentales que desafiaron las normas sociales: primero con su tía Julia, luego con su prima Patricia —madre de sus tres hijos—, y más recientemente con Isabel Preysler, con quien compartió varios años hasta su ruptura en 2022.

Fue reconocido con todos los premios literarios posibles: el Nobel, el Cervantes, el Príncipe de Asturias, el Rómulo Gallegos e incluso el Premio Planeta. Ocupó el sillón «L» en la Real Academia Española desde 1996, y en 2021 fue elegido miembro de la Académie Française, a pesar de no haber escrito en francés. “Secretamente, siempre quise ser un escritor francés”, declaró durante su ceremonia de ingreso en 2023, a la que asistió el rey Juan Carlos.

Aunque afirmaba que no quería convertirse en una estatua, en 2019 sorprendió al mundo con Tiempos recios, una poderosa novela sobre la intervención de la CIA en Guatemala en 1954. En ella, reconocía que la radicalización de la revolución cubana fue en parte resultado del aislamiento impuesto por Estados Unidos. Fue uno de sus últimos grandes gestos intelectuales: una defensa de la verdad más allá de ideologías.

Para Vargas Llosa, la literatura y la política eran expresiones de una misma búsqueda: la libertad. Incluso si eso implicaba alejarse de la justicia social. Así lo expresó en su discurso del Nobel, cuando afirmó que “las mentiras de la literatura se convierten en verdades a través de los lectores, transformados por la ficción en rebeldes frente a la realidad mediocre”. —Leer, escribir y soñar —dijo— eran formas de vencer al tiempo y de hacer posible lo imposible. Y, en su caso, también de alcanzar la inmortalidad.





Source link