El régimen de Corea del Norte anunció este miércoles el envío de una delegación económica a Irán, una movida que despierta especulaciones sobre una posible intensificación de la cooperación bilateral en el ámbito armamentístico.
En una breve nota difundida por la agencia de propaganda norcoreana se informa que “una delegación de responsables de asuntos económicos extranjeros liderada por el camarada Yun Jong-ho, Ministro de Asuntos Económicos Foráneos, partió de Pyongyang el día 23 para visitar Irán”.
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Los intercambios de alto nivel entre ambos países son poco comunes, siendo el último registrado en 2019, cuando el entonces vicepresidente de la Asamblea Popular Suprema (Parlamento), Pak Chol-min, visitó la república islámica con el fin de fortalecer lazos.
La visita de Yun y su delegación coincide con sospechas sobre un posible interés mutuo en reforzar la cooperación en materia de defensa, particularmente después de que la inteligencia surcoreana expresara su preocupación por la posibilidad de que los recientes lanzamientos de misiles por parte de Teherán contra Israel involucren componentes o tecnología provenientes del régimen de Kim Jong-un.
Las relaciones diplomáticas entre Corea del Norte e Irán datan de la década de los setenta, con sospechas desde los años ochenta sobre un intercambio de tecnología de misiles balísticos.
Expertos sugieren que misiles como los sistemas Shahab o Khorramshahr podrían estar basados en proyectiles norcoreanos de corto o medio alcance, mientras que analistas especulan sobre un posible apoyo de Pyongyang a Teherán en tecnología de combustible sólido para misiles.
Por otro lado, tanto Irán como Corea del Norte se cuentan entre los proveedores de armamento a Rusia para su utilización en el conflicto en Ucrania.
Corea del Norte, que ha rechazado cualquier retorno al diálogo con Washington durante los últimos cinco años, ha rediseñado su estrategia diplomática en el último año, fortaleciendo vínculos con Rusia y explorando una mayor cercanía con Bielorrusia.
En paralelo, el líder norcoreano ha descartado la idea de una reunificación pacífica y ha señalado a Corea del Sur como el principal enemigo nacional en su mensaje de Año Nuevo.
Medios estatales norcoreanos informaron este martes que el dictador Kim Jong-un, supervisó el lunes un simulacro de “contraataque nuclear” que incluyó el lanzamiento de varios proyectiles disparados por lanzacohetes múltiples de gran calibre y que busca responder a unas maniobras que realizan estos días Seúl y Washington.
La meta del simulacro fue “demostrar la fiabilidad, superioridad, potencia y diversos medios de las fuerzas nucleares de la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del país) y fortalecerlas en calidad y cantidad”, indica el texto.
Los ejercicios suponen “una clara señal de advertencia para el enemigo, puesto que se llevaron a cabo en un momento en el que alboroto militar de los enemigos contra la RPDC se está realizando con un carácter extremadamente provocativo y agresivo”.
En ese sentido, Pyongyang condena las maniobras aéreas combinadas que Seúl y Washington están llevando a cabo desde el pasado 12 de abril en torno a la localidad surcoreana de Gunsan (costa occidental) con la participación de más de un centenar de aeronaves.