La carta de despedida del tirador de Minneapolis, Robin Westman, dirigida a su familia y amigos, reveló el grave deterioro mental del agresor que mató a dos niños e hirió a otros 16 en la Iglesia Católica de la Anunciación el miércoles. En el escrito de cuatro páginas, Westman afirmó encarnar ‘rasgos de empatía, abnegación y buen carácter’ y haber sido criado ‘para ser una buena persona’, mientras simultáneamente declaraba que ‘deseaba’ masacrar niños inocentes y pedía oraciones por sus víctimas.
‘He deseado esto por tanto tiempo. No estoy bien. No estoy bien. Soy una persona triste, atormentada por estos pensamientos que no se van. Sé que esto está mal pero no puedo evitarlo’, escribió Westman en la misiva dirigida a amigos y familiares.
‘Estoy severamente deprimido y he sido suicida por años. Solo recientemente he perdido toda esperanza y decidido realizar mi acción final contra este mundo’.

‘No quiero arrodillarme ante las injusticias de este mundo. Quiero morir. Prefiero morir de pie que vivir de rodillas, constantemente con dolor’, escribió Westman, quien murió por una herida de bala autoinfligida fuera de la iglesia.
El tirador afirmó en la carta creer que se estaba muriendo de ‘cáncer’ que fue ‘autoinfligido’ a través del vapeo.
‘Hice esto a mí mismo ya que no puedo controlarme y he estado destruyendo mi cuerpo mediante vapeo y otros medios. Creo que tengo cáncer de pulmón’, confesó Westman, añadiendo, ‘No quiero recuperarme’.
Luego, el asesino expresó algo de autoconciencia y una pista sobre un motivo para el tiroteo masivo.
‘Desafortunadamente, debido a mi depresión, ira y mente retorcida, quiero cumplir un acto final que ha estado en mi cabeza por años’.
En su manifiesto escrito en cirílico, Westman idolatraba a varios tiradores escolares, incluyendo al asesino masivo de la Escuela Primaria Sandy Hook, Adam Lanza.
A lo largo de la carta, Westman expresó sus supuestas disculpas a familiares y amigos, incluyendo a su madre, Mary Westman, quien trabajaba como secretaria en la Escuela Católica de la Anunciación.
‘No espero perdón y no espero ninguna disculpa. Tengo que cargar mucho peso, pero para mi Familia y aquellos cercanos a mí, me disculpo por los efectos que mis acciones tendrán en sus vidas’, escribió Westman a su familia.
‘La vida es amor, la vida es dolor’, escribió. ‘Estoy cansado del dolor que este mundo reparte’.
Westman se disculpó con sus hermanos por ‘manchar el resto de sus vidas’.
Luego agradeció a sus amigos por ‘mostrarme una buena vida y ayudarme en tiempos oscuros’ y culpó a ‘el mundo’ por proporcionar demasiado dolor.
El asesino se despidió con un llamado a rezar por sus propias víctimas.
‘Los amo a todos, los recordaré. Recen por las víctimas y sus familias’, escribió.
Westman abrió fuego a través de los vitrales de la Iglesia de la Anunciación en Minneapolis el miércoles poco después de las 8 a.m., matando a dos niños e hiriendo a otros 16, principalmente menores, antes de volver el arma contra sí mismo.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


