Mi trastorno de adicción sexual afectó mi vida y casi me llevó al suicidio: “Lastimé a personas”

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La adicción sexual es un trastorno devastador que puede tener un impacto abrumador en la vida de una persona. Una mujer llamada Amanda compartió su historia sobre cómo la adicción sexual se apoderó de su vida y la empujó al borde del abismo. Su testimonio revela la forma en que este trastorno distorsionó su percepción del amor y la intimidad, y cómo finalmente encontró la fuerza para sanar.

El impacto de la crianza y las relaciones tóxicas

La infancia de Amanda fue marcada por una relación difícil con su madre, quien a menudo era fría y distante. Esta dinámica problemática la llevó a «gravitar hacia la toxicidad» en sus relaciones con los hombres. Amanda reconoce que gran parte de esto se debe a un ciclo vicioso transmitido de generación en generación.

«Sé que gran parte de esto se debe a mi madre y luego a la madre de mi madre, es simplemente un ciclo vicioso», dijo Amanda.

Esta crianza desafiante llevó a Amanda a utilizar el sexo como una forma de «control» para obtener su «dosis» de atención y validación. Al presenciar cómo su madre saltaba de una aventura amorosa a otra, ella perdió la fe en el romance y se dio cuenta de que las relaciones no solo se trataban de ser íntimos.

La primera relación y su efecto tóxico

Amanda detalló su experiencia con su primer novio, a quien identificó como «E». Su relación fue tumultuosa y duró 12 años, caracterizada por problemas de alcoholismo por parte de E. Durante este tiempo, no hubo un verdadero «hacer el amor» en sus encuentros. Desafortunadamente, Amanda quedó embarazada pero perdió al bebé y E la abandonó.

La pérdida de su hijo y la partida de E desencadenaron un período autodestructivo en la vida de Amanda. Intentó mitigar el dolor teniendo relaciones sexuales con cualquier persona que se cruzara en su camino. Sin embargo, esta búsqueda de satisfacción instantánea solo empeoró las cosas y lastimó a personas inocentes en el proceso.

Foto Freepik

«Jugaba con los demás de manera muy irresponsable, lastimando a personas que realmente no necesitaban ser lastimadas», admitió Amanda.

Amanda describe este período de su vida como un caos absoluto, sintiéndose en un estado emocionalmente bajo, sobreviviendo día a día y entumecida por dentro.

El camino hacia la curación y el crecimiento personal

Afortunadamente, la historia de Amanda no termina aquí. Después de dos años de separarse de E, comenzó una «situación» con un hombre llamado Em. Sin embargo, continuó teniendo relaciones con otras personas a escondidas y ocultó su infidelidad a Em.

Cuando Em descubrió las infidelidades, decidió terminar la relación. Esta noticia devastó a Amanda y la sumió en una profunda depresión. Incluso llegó a sentir pensamientos suicidas, reconociendo que su adicción sexual estaba estrechamente relacionada con su ego.

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«Soy muy egocéntrica, desafortunadamente, y esa es una de las razones por las que soy adicta al sexo, porque tengo un gran ego. Cuando mi ego murió, no quería seguir viviendo», confesó Amanda.

Foto Freepik

Sin embargo, con el tiempo, encontró el camino hacia la curación y el crecimiento personal. Comenzó a asistir a reuniones para tratar la adicción sexual y se adentró en la práctica del budismo para ayudarla en su proceso de sanación.

Es fundamental comprender que la adicción sexual no es una cuestión de falta de voluntad o debilidad moral, sino un trastorno que requiere apoyo y tratamiento adecuados. La historia de Amanda también nos muestra que, a pesar del dolor y la oscuridad, siempre hay esperanza y la posibilidad de encontrar la curación.

Recuerda, cada historia de adicción sexual requiere un enfoque individualizado en el proceso de recuperación. No estás solo, y siempre hay ayuda disponible para aquellos que buscan sanar y reconstruir sus vidas.

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Veronica Pereira

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