Meteorólogo advierte que las lluvias extremas en SD evidencian un cambio climático acelerado

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En víspera de cumplirse tres años de las inundaciones que afectaron gran parte del país, el meteorólogo Saddan Font-Frías, encargado del Centro Nacional de Pronóstico, alertó que las precipitaciones ocurridas en Santo Domingo durante 4 y 18 de noviembre del 2022 y 2023 alcanzaron niveles extraordinarios, con registros muy por encima de los valores habituales para la época.

De acuerdo con Font-Frías, en algunos sectores del Gran Santo Domingo se registraron más de 260 milímetros de lluvia en 2022 y más de 450 milímetros en 2023, todo en un lapso inferior a 24 horas. “Son cifras que, en condiciones normales, tomarían varias semanas en registrarse”, explicó.

Estos eventos, además de causar serios impactos en la vida cotidiana, generaron inquietud entre la población y la comunidad científica sobre si este tipo de fenómenos se está volviendo más frecuente. Según Font-Frías, la evidencia apunta a que la probabilidad de lluvias extremas está aumentando, en concordancia con las tendencias regionales y globales del cambio climático.

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Un clima que muestra señales de transformación

La República Dominicana se encuentra en una región tropical altamente influenciada por la variabilidad climática, en la que intervienen ondas tropicales, vaguadas y fenómenos oceánico-atmosféricos como El Niño y La Niña. En los últimos años, los registros meteorológicos evidencian que las lluvias intensas tienden a concentrarse en periodos más cortos, provocando mayores impactos en zonas urbanas y vulnerables.

Organismos internacionales como la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) han documentado que el calentamiento global está intensificando el ciclo hidrológico. En una atmósfera más cálida, se retiene mayor cantidad de humedad, lo que favorece la formación de nubes más desarrolladas y precipitaciones torrenciales en lapsos reducidos. Este patrón coincide con lo observado en Santo Domingo durante los eventos de noviembre de 2022 y 2023.

¿Por qué llueve con tanta intensidad?

En ambos episodios, la atmósfera presentó altos niveles de humedad y fuerte inestabilidad, lo que creó las condiciones ideales para lluvias intensas:

  • 4 de noviembre de 2022: Una onda tropical interactuó con una vaguada en niveles medios y altos, generando tormentas eléctricas y acumulados excepcionales en pocas horas.
  • 18 de noviembre de 2023: La interacción entre una vaguada y el Potencial Ciclón Tropical No. 22 provocó un flujo persistente de humedad desde el Caribe, intensificando las precipitaciones sobre el Gran Santo Domingo y zonas cercanas.

Font-Frías explicó que cuando sistemas atmosféricos que aportan humedad se combinan con condiciones locales de inestabilidad, se forman nubes convectivas de gran desarrollo vertical, capaces de descargar lluvias torrenciales en poco tiempo. En un clima más cálido, estos procesos se amplifican, lo que hace más probable la ocurrencia de eventos extremos.

El componente urbano: un factor amplificador

El meteorólogo destacó que la configuración urbana de Santo Domingo también influye en la intensidad de las lluvias. Diversos estudios internacionales demuestran que las grandes ciudades generan microclimas particulares, entre ellos el fenómeno de la Isla de Calor Urbana (ICU), donde el aire es más cálido que en las zonas rurales por el calor que almacenan las estructuras de concreto y asfalto.

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“Este fenómeno puede favorecer el desarrollo de nubes convectivas locales, especialmente cuando hay alta humedad. En consecuencia, ciudades tropicales costeras como Santo Domingo pueden experimentar lluvias más intensas y concentradas en ciertos sectores”, señaló Font-Frías.

Aclaró que este comportamiento no implica la atribución de responsabilidades humanas específicas, sino que responde a procesos naturales ampliamente documentados en la meteorología urbana.

Un desafío compartido entre la ciencia y la gestión

Los eventos del 4 y 18 de noviembre subrayan la necesidad de fortalecer la investigación sobre lluvias extremas en República Dominicana, integrando la variabilidad climática natural con las tendencias derivadas del cambio climático.

Font-Frías insistió en que el país debe invertir en monitoreo, modelación y sistemas de alerta temprana, para anticipar y reducir los impactos de los fenómenos hidrometeorológicos. “La gestión del riesgo climático no es solo tarea de los meteorólogos; requiere la participación activa de la academia, las instituciones públicas, el sector técnico y la sociedad civil”, afirmó.

El experto advirtió que la recurrencia de lluvias extremas debe ser vista como un llamado a la acción y la adaptación. “Debemos asumir la ciencia como herramienta de prevención. El fortalecimiento de las capacidades de pronóstico y respuesta es vital para proteger vidas y bienes”, subrayó.

Finalmente, Font-Frías recordó que los datos recientes evidencian un clima en transformación. “La prevención basada en la evidencia científica es la clave. Solo así podremos fortalecer las alertas tempranas y reducir la vulnerabilidad ante un clima que está cambiando más rápido de lo que imaginamos”, concluyó.



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